viernes, 26 de junio de 2009

La Biblia y la herencia afroamericana de Michael Jackson

La Biblia menciona por primera vez la música en Génesis 4. Entre las profesiones de la ciudad, construida en torno a la violencia de Lamec, se halla Jubal, “padre de los que tocan Arpa y Flauta” (Gn.4:21). Al caer el rey de Babilonia, dice Isaías 14, que hubo paz y, en consecuencia, “se cantaron alabanzas” (v.7). Mas adelante, se describe su ruina total, sombríamente, “Descendió al seol [sepulcro] tu soberbia, y el sonido de tus arpas” (v.9).

Hay, en las letras de Jackson, lo que quizá hubo desde Jubal, el artista de moda en días de Lamec. La mentira de Billie Jean que declara que el cantante es padre de un niño que no es suyo; en Bad, el estribillo expresa el deleite del cantante, calificándose como “soy malo”, “soy malo”, “soy malo”; diferente es el mensaje en Beat it, que alienta al joven a no ver sangre y huir de las calles, “solo lárgate”. Cuando Michael graba “blanco o negro”, en 1991, sobre los amores interraciales, ya había empezado a cambiar el color de su piel.

Tres canciones muestran más sensibilidad al dolor humano: “Hombre en el espejo”, que es el ruego al mundo, empezando a hablar con el hombre que veo en el espejo. “Marcharse demasiado rápido” recuerda a los enfermos terminales que como el sol se van, prematuramente, en una tarde nublada. “Sana al mundo”, hazlo un mejor lugar, es otra canción de protesta por el dolor. Toda esa ternura, mientras, enfrentaba acusaciones de abusos contra menores, tribunales y el pago de dineros que compraron silencios y acompasaron su transmutación de negro a blanco y de hombre a remedo de mujer.

Músico genial, con genes no caucásicos fue Jackson. Genes para nada inferiores como burdamente se creyó por siglos. Aun la maldición de Cam, hijo de Noé, debe rebatirse si se sugieren inferioridad racial. Se relaciona con los cananeos que han de servir a los israelitas (cp. Jos.9:23; Jue.1:28, etc.) Los descendientes de Jafet, Cam y Sem, en la “tabla de las naciones” de Génesis 10, tienen principalmente clasificación geográfica. Lo étnico debe entresacarse de la predilección geográfica y sólo se insinúan sus localizaciones, sin particularizar depresión alguna.

Eso sitúa al mayor, Jafet, (v.2-4) como padre de cimerios, medos, jonios, escitas y chipriotas, situados en Anatolia, la región del Egeo y derredores. De Cam se extraen (v.6-20) los pueblos marítimos en torno al mar rojo, el lado asiático y africano del mar rojo; egipcios y cirenios, filisteos, cretenses, Babel, Nínive y los fenicios de Canaán. De Sem, se destacan los hijos de Eber (v.21), padre de los hebreos en sentido genérico. De ellos vienen los asirios, arameos y tribus árabes diversas. En V. 22 esta Elam, antepasado de los iraníes o persas. Vecinos, mas que parientes de Asur y Arfaxad, quien, a pesar de dudas lingüísticas, debe ser, como dice el v. 24, el abuelo de Eber. En ningún momento se coloca a los negros exclusivamente como descendientes de Cam, y menos se les endilga maldición alguna. ¿Por qué querer ser blanco?

Hay otra música, esa que es el centro de la adoración a Dios. Si la adoración es un romance con Dios, la música son las palabras de ese romance. Por eso Dios “habita en la alabanza de su pueblo”. Los instrumentos musicales son el centro de un salmo, el 150. Según este, ellos también son capaces de expresar la grandeza de Dios. Michael Jackson, heredero de la rica espiritualidad musical negra de Estados Unidos, uso su prodigioso talento y su cuerpo para hacer dinero, enloquecer a sus fans y, sin querer, ganarse la mayor soledad, que ahogó su débil corazón. Juzgando superficialmente, el rey del pop, murió como el rey de Babilonia, “Descendió al seol [el lugar de los muertos] tu soberbia, y el sonido de tus arpas”.

domingo, 21 de junio de 2009

La Biblia y las elecciones en Irán

Irán es la antigua nación que la Biblia llama Persia. No son árabes sino tribus nómadas, indoeuropeas, quizá, provenientes del sur de Rusia, que se asentaron en Irán, unos dos mil años a. C. Alrededor del año 550 a. C., el persa Ciro II conquistó a los medos, invadió el nor occidente de India y subyugó a Babilonia, en 539 a. C. (Dn.5:30).

Isaías anunció que Ciro restauraría el templo de Israel (Is.44:28). El liberaría a los judíos exilados en Babilonia (Is.45:1). En el año 539 a. C. tras capturar Babilonia, Ciro ordenó la reconstrucción del templo en Jerusalén (2Cr.36:22,23; Esd.1:2). Como Ciro había devuelto a otras naciones los dioses, que Nabonido, rey babilonio había coleccionado (cf. Is.46:1ss), a Israel devolvió los utensilios del templo (Esd.1:7). Por eso en el marco del retorno de los exilados a sus pueblos, permite a los judíos reconstruir su templo bajo la administración de Esdras (Esd.6:3).

Este momento de esplendor persa, coincide con los primeros tres años de Daniel en Babilonia en los que el joven judío prosperó (Dn.1:21; 6:28; 10:1). Pero luego fue trasladado a Susa, la capital persa (Dn.8:2). En el año 530, Ciro fue sucedido por su hijo Cambices, con quien cogobernó cuando el imperio fue además dividido en grandes regiones a cargo de sátrapas. Darío (522-486 a. C.), Jerjes (486-465 a. C.) y Artajerjes I (465-424 a. C.) sucedieron a Ciro, originando la pugna con los griegos y la eventual victoria de estos.

Esdras era una suerte de secretario de estado de asuntos judíos para los persas (Esd.7:12). Otro judío de alto rango era Nehemías, copero de Artajerjes quien logro que el rey le nombrara gobernador de Judá (Ne.8:9). Además consiguió permiso para reconstruir los muros de la ciudad (Neh.1-7) cerca del 445 a. C. Eso es parte de lo que la Biblia dice de Persia.

El moderno Iran se ha forjado en medio de rivalidades, desde la Primera Guerra Mundial, buscando hacerse de los recursos petroleros. Estuvo ocupado por los aliados, desde agosto de 1941 hasta 1946, durante la Segunda Guerra Mundial. También, como Iberoamérica, fue territorio disputado durante la Guerra Fría, teniendo Occidente de aliado al Sha, de la dinastía Pahlavi, que gobernó desde 1926 hasta 1979. Sin embargo, la revolución islámica del Ayatola Khomeini reclamó la tierra para el Islam, en 1979.

Consistió la revolución religiosa iraní en justificar, desde el Islam, el gobierno religioso, por medio de un grupo de líderes muy conservadores, en contra de occidente y de Israel. Es una revolución que se llevó a cabo en las ciudades y sin grandes expresiones de violencia. Exceptuando la toma de la Embajada Americana en Terán, por un grupo de estudiantes, a los cuales apoyó decididamente el gobierno islámico. Entre los captores de la embajada se hallaba el actual Presidente de Iran, Mahmud Ahmadineyad. Pero, en estas elecciones 2009, han resurgido las antiguas ideas de modernidad y libertad cimentadas desde la dinastía Pahlavi.

El ex primer ministro Mir Husein Musavi, inspira una suerte de perestroika, o renovación, de la cual se ha convertido en símbolo, tras su denuncia de valladares al libre sufragio. Las protestas multitudinarias tienen en mente una república más política y menos religiosa, cuyas decisiones sean democráticas y menos bélicas. Entre tanto, hay grandes temas en juego, el 30% de las reservas de petróleo; el lavado de Uranio para armas nucleares, la libertad religiosa, las libertades civiles y políticas para los iraníes y la amenaza a Israel, que son todos temas de gran importancia para Occidente. La oposición, pide al presidente Obama intervenir en la crisis, dando señales claras de liderazgo.

El estilo democrático y más libre de la antigua Persia, quizá reaparezca de nuevo, eso prefiguran las manifestaciones. Pero, el Dios que dirigió a Ciro es quien tiene en sus manos, aún hoy, el poder sobre las naciones. De él esperan los pueblos la última palabra.

miércoles, 17 de junio de 2009

La Biblia y sus intérpretes en el National Geographic y el Discovery Channel

Un canal de televisión prepara su programación a la luz de lo que causa “ratings”. La audiencia es todo. Comunique o muera, es su lema. De modo que, lo que presentan no puede despegarse de ese principio. Presentar el evangelio Secreto de Judas, como parte de la Biblia (y no como un documento sectario), es parte de ese sensacionalismo. La valoracion "cristiana" de ese documento gnóstico ignora la bibliología clásica del cristianismo. La comunidad cristiana desechó el gnosticismo ya desde su condena en la primera carta de Juan.

Presentar “El código Da vinci”, la novela de Dan Brown, como si fuera historia, obedece al mismo efectismo. Así, la programación de los “Enigmas de la Biblia”, sobre “la Semana Santa”, “Las ciudades pérdidas”, “En busca del Arca de la Alianza”, “El código secreto del libro de Revelación”, “La verdad sobre el Éxodo”, “En busca de Noé”, “Los reyes de Israel”, “Caín y Abel”, “Los secretos de los Manuscritos del Mar Muerto”, (y muchos mas), quieren ratings. El juego se llama “sensacionalismo” y los programas se crean en torno a una mesa de planificación o programación con eso en mente.

Son mucho los temas como para poder discutirlos acá. Me interesa destacar solo algunas ideas sobre esta programación. Empecemos por decir que lo importante no es que estos canales mencionan la Biblia. Eso hasta Satanás lo hizo y se la citó a Jesús. Lo importante es lo que están diciendo de la Biblia. ¿Porqué siempre el narrador concluye, “el Sermón del Monte no pudo suceder como la Biblia dice porque …”; “las plagas del Éxodo pueden explicarse racionalmente”; “el Arca de Noé, científicamente, no puede estar en el monte Hararat”; “el Arca perdida no tuvo una existencia real”, “Sodoma y Gomorra no son ciudades reales sino moralejas”?

Los asesores teológicos de “Los enigmas de la Biblia”, son profesores de teología. Profesores que comparten cierto prejuicio a favor de la duda, prefieren la validez de algo si su comprobación es racional. El hecho histórico no es teológico, para ellos es primero científico. La opinión no es exegética es circunstancial. No toman en cuenta toda la Biblia sino el segmento “bajo el microscopio”. Eso distorsiona los resultados. La forma final del programa es una combinación de estas dos posturas, la de estos profesores y la de los editores técnicos del programa. A los editores técnicos la teología no les importa; les interesa, lo insólito, lo chocante porque eso genera ratings. De esa extraña combinación entre “teólogos empiristas” y “editores agnósticos” surgen las opiniones que luego millones “disfrutan” en estos canales.

El profesor de teología fue escogido porque en la oferta y la demanda de opiniones hay para todos los gustos. Incluso, para ese acuerdo tácito entre sensacionalistas y empiristas: ambos quieren un producto “light”, que con el giro de lo inesperado mantenga la atención. Mejora los “ratings” negar una parte de la Biblia, o decir que la ciencia la prueba o desaprueba, o escuchar al “profesor de la universidad” tal, hablar de lo razonable y científico de esto y aquello. El punto en todo esto parece ser negar lo milagroso y teológico y exaltar lo humano y racional.

Estos programas no estudian la Biblia, sino la utilizan; no explican la Biblia, la retuercen a la luz del opinionismo; no interpretan la Biblia, interpretan el interés del hombre moderno; no hablan de teología, hablan de fenómenos; el sujeto central de la Biblia no es Dios, es el hombre. No quieren edificar, buscan entretener. La mentalidad light de nuestro día tiene hambre de eso: entertaining. Esa es la demanda de una audiencia, superficial, olvidadiza e indiferente.

lunes, 15 de junio de 2009

La Biblia y el termómetro con el que Dios mide a una nación

Para Pablo, no hay duda que Dios juzgará a los hombres, por Jesucristo, conforme a su evangelio (Ro.2:16). De modo que las naciones enfrentaran a Jesús, como Juez y Rey, bajo este principio. Entonces, muchos acudirán a la bitácora religiosa (Mt.7:21). ¿No profetizamos, echamos fuera demonios, e hicimos muchos milagros en tu nombre? (Mt.7:22). Tres veces le repiten “en tu nombre”, extorsionando al señor: “Si tú lo permitiste, es que tu estabas de acuerdo”. El rechaza la memoria religiosa, para poner por encima de ella, la voluntad del padre, indicando con claridad que sin ética, no hay paraíso.

¿Se construye el proyecto de la vida (Mt.7:24-27) sobre la voluntad de Dios y el evangelio o sobre la religiosidad de fariseos (Mt.5:18-20)? El profeta lo pone claro: “La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece” (Os.6:4).

El infinito valor del ser humano es central en la piedad bíblica. “No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano” (Is.58:6-7).

La “aretes” o virtud helénica insistía en la interiorización de características que le destacan a uno por encima de los demás. Una versión de gladiador o guerrero espartano, que triunfa sobre “el miedo”, el “placer”, “el deseo”, y “la tristeza”. El Sermón del Monte insiste en la interiorización de otro principio, el del amor, el verdadero termómetro de la justicia divina (Mt.5:20). El reino de Dios no consiste en gladiadores sino en un pueblo que ama. Vea estos textos sobre el amor al prójimo. “El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo” (1Jn.2:9, 10; 3:10-12; 3:15-18).

El reino de Dios no se hace de gladiadores o guerreros sino de un pueblo que sirve. El maestro lo puso en términos sencillos: “El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero será vuestro siervo (Mt.20:26-27). La vida no consisten en vencer a los “gigantes del alma” sino en hacer el bien y servir al prójimo (Am.5:14). El amor sirve a los demás.

Cuando Dios habla de los verdaderos adoradores, insiste en la práctica: “anda en integridad”, “hace justicia”, “habla verdad”, “no calumnia”, “ni hace mal a su prójimo” (Sa.15; Is. 33:15-16 “Guardad derecho, y haced justicia” (Is.56:1-2); el dice:”aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia en juicio” (Am.5:15). No son los cultos almidonados de lo que Dios se agrada, sino “solamente hacer justicia, y amar misericordia” (Mi.6:6-8). Cuando se le encarga al ser humano, la justicia que Dios le exige es jurídica, salvífica y ética.

Muchos sienten incomodidad frente a estas observaciones. Como en el antiguo Israel es mas fácil mandar “a los profetas diciendo: No profeticéis” (Am.2:12). “Ellos aborrecieron al reprensor en la puerta de la ciudad, y al que hablaba lo recto abominaron” (Am.5:10). Pero este es el termómetro con que Dios mide a una nación. No esperemos salir aprobados si otros pueblos ayer recibieron juicio por fallar precisamente en esto. Tampoco es líder quien cultiva las virtudes de gladiadores, en donde los cristianos, en efecto, viven como guerreros, según la ley de la jungla, arrebatando, mintiendo, pleiteando, jurando en vano y viviendo de vanidades.

Esas matonerías, sean ministeriales, empresariales o personales no representan el reino de Dios ni su justicia (Mt.6:33). La predicación virulenta del éxito, que asalta Iglesias y conciencias, se parece mas a una sesión con Donald Trump, que al discipulado de Jesús. Si la Iglesia no practica el amor, tendrá éxito, hará cultos, hará señales y maravillas, pero, ¿cuándo empezará a hacer la voluntad de Dios? Ese es el termómetro con el cual Dios mide a la Iglesia y a la nación, porque sin ética, no hay paraíso

sábado, 13 de junio de 2009

La Biblia y las potencias económicas

El hermano Juan Alberto Rabah, abogado, nos dice: "parece desprenderse de tu texto [La Biblia, ¿Socialista o Capitalista?] que para Dios es indiferente la forma como se dan las relaciones económicas entre los seres humanos...me gustaría mucho que pudieras profundizar este tema en otro artículo." Bienvenidas las críticas y solicitudes. Agradezco a Juan Alberto, su valiosa observación y quizá tendré que expresar esta idea en más de un artículo.

Dios controla los imperios. Ese es el testimonio bíblico. La dificultad es que usa su control no “siempre” en beneficio de quienes consideramos justos, “oprimidos” o “religiosos”. Veamos algunos ejemplos. Asiria, Babilonia y Persia en el oriente y Egipto, en el suroccidente, son el azote de Israel. Moisés había entregado la Ley y de ella Deuteronomio hizo un prontuario (Dt. 28-30). Los profetas usaron ese prontuario como el termómetro de la fe de Israel. De ese termómetro se deriva la relación de Israel con las potencias económicas.

Israel, frente a los imperios económicos, se consideraba débil, justo y religioso. Es decir, digno de la protección de Dios y mejor que otras naciones. Desafortunadamente, su termómetro no era el de Dios y el Señor envío en contra de Judá a los caldeos. A los caldeos Habacuc les llamó “nación cruel”, “presurosa”, a “poseer moradas ajenas”, “formidable”, “terrible”, es ella “su propia justicia”, “pasará como el huracán y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios” (Hab.1:6-11).

De Nabucodonosor dice: "pondré mi espada en su mano", hasta que el Señor haya acabado toda su obra" (Is.10:12). En los versos 15 en adelante, Isaías compara a Asiria con un hacha con la que Dios corta , una sierra que Dios mueve, un báculo que Dios levanta (10:15), una hoguera que Dios enciende (16), y un azote que Dios alza (10:26).

Asiria era considerada la potencia más voraz de la antigüedad, pero desde su imperialismo, que Dios no dejará impune, se yergue la sombra, que según Isaías es, nada mas y nada menos, que la mano del Señor. Por ello, cuando Senaquerib invade Israel, ya sea en 701 a. C. o 688 a. C, Isaías describe al enemigo asirio como instrumento de Dios contra su pueblo (Is. 10:5-7, 12). Dios lo envió (Is.10:6ab) y puso su ira en mano del asirio (Is.10:5, cp. Ez.30:14).

Pero ladrón que roba a ladrón, en la justicia divina, tiene mil años de condenación. Las potencias no son exculpadas del mal que hacen a otros. Cuando Dios haya realizado sus propósitos a través de Babilonia, los castigará por sus injusticias (Jer. 25:12-14, 27:7, 50:1-51:64). Si Babilonia había sido "el martillo de la tierra" (Jer. 50.23), ahora Dios dirigirá contra ella "los instrumentos de su furor, porque ésta es obra de Jehová" (Jer. 50:25). Isaías describe el ataque en que cayó la ciudad de Babilonia ante los medos (circa 538 a.C. Is. 13:17-22). Dios mueve a los medos contra Babilonia (13.17, cp. 2 Cr.36:22, Esd. 1:1, cp. 1:5). Y mas adelante, Isaías 44:24 a 45:7 describe a Ciro, libertador persa, como el ejecutor de la justicia de Dios en contra de los medos.

Como se ve, en ese molino de la historia no se salva ni Israel, ni las naciones chicas. No se salvan los que se creen escogidos, justos y religiosos, ni tampoco los imperios. Dios puso su termómetro y con ese mismo termómetro que juzga a la nación de su pacto, juzga a las naciones cuyos imperios caen uno tras de otro: Egipto, Babilonia, Asiria, Media, Persia, Grecia y Roma.

Un momento especial es cuando Dios llama a José a sanear la economía egipcia para proteger a los descendientes de Jacob. José obliga a los egipcios a proveer para los tiempos de crisis (Gn.47). El “compró” a cambio de alimentos las posesiones de los egipcios. Los egipcios quedan pagando un impuesto del 20% (una quinta parte), al faraón del fruto de la tierra, que era para hacer sostenible la semilla que recibían (v.23), y el pueblo se queda de dueño del 80% restante: “y las cuatro partes serán vuestras, para sembrar las tierras y para vuestro mantenimiento” (v.24). Eso es, claramente, sanear la economía Egipcia, si del imperio, para generar riqueza en tiempos de escases y proteger de esa manera a su pueblo. Dios preparaba el camino a Israel, la nación de cuyo linaje vendría el Mesías.

Lamentablemente, la Biblia no presenta una “historia materialista”, en la que fuerzas ciegas de la dialéctica saben "personalizase" para colocarse siempre del lado del oprimido. En el caso de la Biblia no es así. Sólo “el justo por la fe vivirá”. (Hab.2:4). Dios mide a Israel y a tu nación según Deuteronomio 28-30. Luego veremos qué piensa Dios de nuestras riquezas personales.

sábado, 6 de junio de 2009

La Biblia y la necesidad de reformar nuestra Iglesia

Los reformadores hablaron de una Iglesia Semper Reformanda, "siempre reformándose". La vida humana esta siempre transformándose. El mundo entero presenta siempre nuevos desafíos. Esto implica retos nuevos a la ética del cristiano. En términos teológicos, los elementos que orientan esa ética son el sentido de obligación moral que proviene de la distinción del bien y del mal y el sentido de responsabilidad.

En cuanto a la obligación moral nace esta del carácter moral del Dios. Contrasta esto con los dioses paganos que eran caprichosos, a veces buenos, otras veces, malos, como sus adoradores. Podían engañar, mentir y esconderse de sus adoradores. Podían exigir a hombres y mujeres el servicio en templos de prostitución “sagrada”; también pedir que sus recién nacidos fuesen inmolados; de igual manera, mover al hombre a hacerse incisiones o cortes en la piel hasta sangrar profusamente. En todo esto, no había una norma propuesta por ellos para distinguir entre lo bueno y lo malo. De hecho, lo que las deidades exigían como “culto”, constituía una monstruosa destrucción del ser humano.

Ese es el aspecto revolucionario de la revelación divina. El carácter de Dios expresado en mandatos que protegen al ser humano. Esos mandatos que definen lo que es bueno y lo que es malo, constituyen en si mismos la protección de la vida, incitan a amar al prójimo, a ejercitar la compasión, a respetar el derecho ajeno, a hablar la verdad etc. Lo que suele tomarse como “criterios religiosos”, y verse sólo en función de Dios, pierde de vista algo central: que la razón por la cual Dios califica ciertas cosas como buenas es para proteger al ser humano; y que lo que es aborrecible a los ojos de Dios es lo que destruye al individuo y a la especie. Con esa instrucción convertida en conducta Dios protege al hombre y a la mujer.

En cuanto a la responsabilidad como el otro eje de la ética cristiana, en términos teológicos, se refiere a la respuesta total, de nuestra vida total, a la demanda total que Dios nos hace. Es una consecuencia de nuestra “creaturidad”. Dios nos ha hecho “personas” como el, y nos ha revestido de una dignidad infinita. El ser creaturas morales, creados a su imagen y semejanza, nos vincula a él de muchas maneras, especialmente, a buscar sus fines: derrotar en el mundo las cosas que a él le ofenden, así como avanzar aquellas que a él le agradan.

Partiendo de ello, la responsabilidad es sobre todo un tema relacionado con las otras personas. Dios nos ha dado la capacidad de amar y a partir de ello nos pide proteger al débil y cuidar del prójimo. De modo que la idea del “pecado” no es sólo “teocéntrica” (centrada en Dios). Es también todo aquello que disminuye, reduce, menoscaba o destruye la vida y dignidad de otra u otras personas.

Promover la justicia, la ley, el orden así como el trabajo y la paz, es un conjunto de tareas que redundan en cultivar la vida y convivencia pacífica y amorosa entre los hombres. Temas todos que facilitan buscar a Dios. Es tarea nuestra (responsabilidad), dar a conocer a Dios y predicar el mensaje de nuestra fe con su contenido ético y moral de respeto por el ser humano, a fin de transformar las actitudes e instituciones del país. Si la “buena nueva” de nuestra fe no ha tocado actitudes e instituciones es irresponsable creer que esta tierra ha sido tocada por el evangelio. La ausencia de cambios tan fundamentales en la vida y la cultura de los guatemaltecos, solo revela que Dios sigue siendo un desconocido.

Debemos repensar desde este fundamento tres ideas claves:

Redescubrir el paradigma de Dios. Los hombres, las naciones y las instituciones sin Dios son enemigos de sus valores. Dios presenta su contracultura, su contra imaginación y su guión para normar la vida de cada ser humano. El llamado a obedecer a Dios se traduce a principios para la vida en donde el ser humano no puede desentenderse ni de Dios ni de su prójimo. La razón por la cual Dios califica muchas prácticas como buenas o santas es precisamente para proteger al ser humano; y aquellas prácticas que son aborrecibles a los ojos de Dios, lo son porque resultan en la destrucción del individuo y de la especie.

Renovar la predicación. El reino de Dios, es el modelo constante para la llamada a la obediencia del pueblo de Dios, de las naciones y de los hombres y mujeres de Dios. El testimonio infalible de las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento es el marco del cual emerge nuestra predicación en torno a la transformación que Dios exige.

Replantear nuestra hermenéutica. La renovación de nuestra predicación pasa por la renovación de nuestra hermenéutica. Aceptamos como marco para estas reflexiones la iniciativa de Dios en darse a conocer al hombre; nuestro principio de Sola Scriptura es un pilar que hoy, como hace quinientos años, se propone una Iglesia Semper Reformanda. Si no renovamos nuestra hermenéutica y nuestros paradigmas en función de la revelación, seguiremos cometiendo los mismos errores de omisión y de comisión.

viernes, 5 de junio de 2009

La Biblia y la necesidad de reformar nuestro país

Cuando las cosas salen mal todos buscamos a Dios. Especialmente los que decimos conocerlo. Israel pasaba por ciclos de desobediencia, opresión, arrepentimiento y liberación según el libro de Jueces. Pero ¿qué caracterizaba realmente al pueblo en esa época? “Cada quien hacia lo que bien le parecía”, es decir, en el pueblo cada quien actuaba según sus intereses y no según la ley de Dios. Me temo que Guatemala esta por el estilo.

No cabe duda que orar es una actividad central en la vida espiritual. Pero es el centro de otros círculos concéntricos. ¿Cuáles son esos círculos concéntricos en torno a la oración? En el espíritu de la ley, creo que hay una ética bíblica que no hemos ni siquiera empezado a definar. Hemos fallado en las implicaciones más prácticas de la responsabilidad. El amor al prójimo es respeto a su tiempo, por tanto la puntualidad debería ser una virtud cristiana. Ese mismo amor es respeto a la propiedad, por tanto en las iglesias no se pueden perder Biblias, sombrillas o carteras; el trabajo esforzado y honrar las deudas es parte de ello, y así, hay mucho más.

La insistencia de los profetas es que el juicio debe hacernos pensar. El primer paso no es apretar el “botón” que nos coloca en “modo” o “función” religiosa. La insistencia de Dios es que el no quiere el botón. El busca la reforma de nuestra vida: La justicia, la verdad, el amor y la compasión son elementos centrales de la vida “espiritual”. Poca piedad hay en una espiritualidad que no toma en cuenta esas cosas. Esto, entonces, nos pide cambiar de enfoque.

El infinito valor de la persona humana. Es un aspecto central que hemos pasado por alto en la enseñanza de la Iglesia. La predicación de la infinita dignidad del ser humano tiene giros muy puntuales en la ética bíblica: responsabilidad, diligencia, mérito, honradez, honor.

Sacar la Iglesia a la calle. El marco de la vida es creación, mandato cultural, reposo y redención en el cual se requiere del amor, la justicia, la verdad y la santidad. Ese es el punto de partida para hablar de espiritualidad al mundo, un mundo que no vive en la Iglesia, sino en sociedad.

Influir en las instituciones. Dijo un pastor: “No se ha llevado a Dios ni siquiera al hogar, menos al trabajo”. El pueblo de Dios esta sin dirección y le hemos quitado a Dios el derecho de gobernar al Estado y a sus instituciones. Decidimos el camino a elegir como personas, y con ello sellamos nuestra ruta a la obediencia y bendición o a la desobediencia y al juicio.

Reconstruir el Estado. Dios dio a los hombres, aun en Israel, la posibilidad de escoger si caminarían según sus mandatos o no (Ex.19). La impresión que esto nos da es que hoy podemos escoger qué gobierno, qué reglas, qué sistema nos habrá de guiar como nación. Es preciso prepararnos para refundar el Estado nacional en torno a criterios diferentes.

Subir la marca hacia la excelencia. De la misma manera que decimos que “evangelizar es darle a cada persona la oportunidad de rechazar o creer en Jesucristo de manera individual”; de igual modo, a nivel nacional debemos subirnos la marca: diremos que si el evangelio no ha tocado las instituciones del país y las actitudes de su gente, esa nación no ha sido aun tocada por el evangelio. Es menester que cada creyente entienda su responsabilidad. Eso requiere transformar todos nuestros programas, eclesiásticos, evangelísticos, pastorales y teológicos en función de la responsabilidad ética del reino de Dios. Cuánto trabajo nos queda aun por hacer.

martes, 2 de junio de 2009

La Biblia y el principio de "Sola Scriptura"

El ex pastor Fernando Casanova, disfruta el status de celebridad en la Iglesia Católica, por haberse convertido al catolicismo, después de declararse “profesor de teología evangélica”. Originario de Puerto Rico, entiendo que es un ex ministro pentecostal. Ahora, realiza el circuito de conferencias internacionales para “predicar”, relatando su conversión. Se trata de un lamentable y confuso caso. Por de pronto, es necesario empezar diciendo que las credenciales académicas del ex “profesor” Casanova no son muy elevadas. A las pruebas me remito.

Yendo al grano, el hermano Casanova cuenta con dramatismo y sin economizar sentimientos, que su crisis de fe se debió a que no podía probar, bíblicamente, que la doctrina “Sola Scriptura” de Lutero fuese, en efecto, bíblica. Parece que las doctrinas de la revelación, inspiración y canonicidad que él estudió no explicitaron que es Dios quien se revela al hombre; que es él quien brinda el contenido, conduce la forma de registrar esa palabra revelada y por tanto, nada de lo que esta afuera de esa auto manifestación de Dios puede ser su Palabra.

El argumento que presenta el hermano Casanova es que los libros de la versión griega del Antiguo Testamento incluyen los libros deuterocanónigos. Parece no haber leído que cuando semejante compilación se realizó, unos 250 años A. C., Ptolomeo Filadelfo (285-247 A. C.), se proponía construir, en Alejandría, una biblioteca que contuviera las expresiones literarias de diversos pueblos. La coleccion no tenía fines religiosos. Por eso, incluyó el Antiguo Testamento y mezcló en él a los libros deuterocanónigos. No tener claro eso es una debilidad en su doctrina de la "canonicidad".

Ciertamente, el Nuevo Testamento usó la Septuaginta y fue esa “una de las Biblias” de la Iglesia primitiva, pero no fue la única. Uso, a veces, la Biblia hebrea, y otras la Septuaginta, pero nunca citó los deuterocanónigos, ni están incluidos estos en la colección de libros (canon) que los judíos consideran inspirados. Así que Casanova navegaba con una "bibliología" bastante débil.

Lutero insistió en la “Sola Scriptura”, porque como el dijo, “papas y concilios muchas veces se contradicen”. Además, Moisés no convocó a los ancianos de Israel para que le ayudaran a redactar los Diez Mandamientos; Isaías no convocó a los profetas oficiales de la corte para que le ayudaran a escribir su profecía; Jesús o Pablo tampoco pidieron a tradición humana alguna que complementara sus enseñanzas. Cuando Pablo habla de la “tradición” es una tradición que se halla, precisamente, subsumida a las Escrituras (1 Co. 15:1-10) y cuyo centro es Jesucristo. Es decir, Casanova no maneja nada bien la materia de "Introducción Bíblica".

Otro tema, favorito del hermano Casanova, es la explicación de que Jesús hablaba arameo y que entonces no hay pierde en cuanto a la identificación de Pedro como piedra fundante de la Iglesia. Teólogos serios como Hans Küng, han aclarado que no hay tal cosa como jerarquía o sucesión apostólica. Que se trata de una doctrina humana y que por lo tanto puede ser cambiada. Parece que el hermano Casanova nunca leyó a Küng siendo aun protestante, de otra manera hubiese pensado dos veces su postura. Esa es una debilidad en su conocimiento de “teología contemporánea”.

Es mi opinión, que el hermano Casanova estudiará de nuevo todos estos puntos y, preveo su retorno a la fe evangélica. Creo que él no tuvo ni el tiempo ni la madurez para evaluar, reflexivamente, toda la evidencia. Que Dios toque de nuevo al hermano Casanova y que todos aprendamos, con su experiencia, la importancia de la buena formación bíblico-ministerial.