miércoles, 17 de junio de 2009

La Biblia y sus intérpretes en el National Geographic y el Discovery Channel

Un canal de televisión prepara su programación a la luz de lo que causa “ratings”. La audiencia es todo. Comunique o muera, es su lema. De modo que, lo que presentan no puede despegarse de ese principio. Presentar el evangelio Secreto de Judas, como parte de la Biblia (y no como un documento sectario), es parte de ese sensacionalismo. La valoracion "cristiana" de ese documento gnóstico ignora la bibliología clásica del cristianismo. La comunidad cristiana desechó el gnosticismo ya desde su condena en la primera carta de Juan.

Presentar “El código Da vinci”, la novela de Dan Brown, como si fuera historia, obedece al mismo efectismo. Así, la programación de los “Enigmas de la Biblia”, sobre “la Semana Santa”, “Las ciudades pérdidas”, “En busca del Arca de la Alianza”, “El código secreto del libro de Revelación”, “La verdad sobre el Éxodo”, “En busca de Noé”, “Los reyes de Israel”, “Caín y Abel”, “Los secretos de los Manuscritos del Mar Muerto”, (y muchos mas), quieren ratings. El juego se llama “sensacionalismo” y los programas se crean en torno a una mesa de planificación o programación con eso en mente.

Son mucho los temas como para poder discutirlos acá. Me interesa destacar solo algunas ideas sobre esta programación. Empecemos por decir que lo importante no es que estos canales mencionan la Biblia. Eso hasta Satanás lo hizo y se la citó a Jesús. Lo importante es lo que están diciendo de la Biblia. ¿Porqué siempre el narrador concluye, “el Sermón del Monte no pudo suceder como la Biblia dice porque …”; “las plagas del Éxodo pueden explicarse racionalmente”; “el Arca de Noé, científicamente, no puede estar en el monte Hararat”; “el Arca perdida no tuvo una existencia real”, “Sodoma y Gomorra no son ciudades reales sino moralejas”?

Los asesores teológicos de “Los enigmas de la Biblia”, son profesores de teología. Profesores que comparten cierto prejuicio a favor de la duda, prefieren la validez de algo si su comprobación es racional. El hecho histórico no es teológico, para ellos es primero científico. La opinión no es exegética es circunstancial. No toman en cuenta toda la Biblia sino el segmento “bajo el microscopio”. Eso distorsiona los resultados. La forma final del programa es una combinación de estas dos posturas, la de estos profesores y la de los editores técnicos del programa. A los editores técnicos la teología no les importa; les interesa, lo insólito, lo chocante porque eso genera ratings. De esa extraña combinación entre “teólogos empiristas” y “editores agnósticos” surgen las opiniones que luego millones “disfrutan” en estos canales.

El profesor de teología fue escogido porque en la oferta y la demanda de opiniones hay para todos los gustos. Incluso, para ese acuerdo tácito entre sensacionalistas y empiristas: ambos quieren un producto “light”, que con el giro de lo inesperado mantenga la atención. Mejora los “ratings” negar una parte de la Biblia, o decir que la ciencia la prueba o desaprueba, o escuchar al “profesor de la universidad” tal, hablar de lo razonable y científico de esto y aquello. El punto en todo esto parece ser negar lo milagroso y teológico y exaltar lo humano y racional.

Estos programas no estudian la Biblia, sino la utilizan; no explican la Biblia, la retuercen a la luz del opinionismo; no interpretan la Biblia, interpretan el interés del hombre moderno; no hablan de teología, hablan de fenómenos; el sujeto central de la Biblia no es Dios, es el hombre. No quieren edificar, buscan entretener. La mentalidad light de nuestro día tiene hambre de eso: entertaining. Esa es la demanda de una audiencia, superficial, olvidadiza e indiferente.

1 comentario:

  1. Hola Guillermo
    Gracias por el envío.
    Me gustaria saber algo más de vos si sos teológo o tenés alguna actividad relacionada a la teología, si estudiás, estudiaste, si das clases, en dónde.
    Gracias

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