¿A qué se ha traducido históricamente el dato central de las Escrituras sobre el infinito valor de la persona humana? Históricamente en las naciones que han abrazado ese ideal, se estimó que esa enseñanza tenía dos efectos. El primero era proteger al ser humano de los abusos políticos. El segundo, abatir la pobreza. Ambos aspectos tienen un sentido profundamente beneficioso.
A la revisión del papel histórico social del protestantismo, se le ha puesto un origen, a partir de la obra de Max Webber (1864-1920), El protestantismo y el espíritu del Capitalismo, 1905. Michael Novak, ex jesuita, interesado en la vigencia de la tesis de Weber, analiza en detalle la interpretación original en El espíritu del capitalismo democrático. Relata la vida familiar de Weber cuya familia paterna es católica y familia materna es protestante.
Max, “experimentó en su propia historia todos los elementos que hemos descrito. Su abuelo formaba parte aun de la sociedad comercial tradicional; su tío Karl introdujo, para disgusto de muchos familiares, el nuevo “espíritu capitalista”; y el propio Max llegó a ve en al “ética del trabajo” de su madre y de su tío una poderosa síntesis de la religión y del afán económico”.
Es el espíritu de los ingleses el que mejor representaba esta combinación de factores. Weber citaba a Montesquieu, según el cual “los ingleses eran conocidos en Europa por tres rasgos sobresalientes: la devoción, la libertad y el comercio”. Al definir en que consiste en Weber ese “espíritu”, Novak señala: 1. La libertad de trabajo, 2.La razón como elemento central del capitalismo; 3. El nuevo capitalismo como un emprendimiento continuo; 4. La separación del lugar de trabajo respecto del hogar; 5 El cálculo, la organización, la inversión y el intercambio apoyados en una serie de redes jurídicas estables; 6. La proliferación del nuevo capitalismo en la ciudades y centros urbanos.
Sin embargo, para Novak hay algunos aspectos que quedaron sin un tratamiento adecuado en Weber. Dice que éste “no logró analizar el nexo necesario entre la libertad económica y la libertad política”. En opinión de Novak esto llevó a Weber a equivocar el diagnóstico en tanto relacionó lo moral y lo económico, sin dar con el elemento complementario el político, por lo cual debió hablar del capitalismo “democrático”. Hoy, superamos ese vacío, al sintetizar moral y política en el Estado de Derecho.
El otro elemento que a juicio de Novak quedó sin un tratamiento adecuado en su obra es “la naturaleza de la inteligencia práctica dentro del capitalismo, al tildarla de “racional-legal”. Pareció enfocarse más en el espíritu prusiano, rígido, que complementa el cálculo racional de los ingenieros. No puso Weber debida atención al saber práctico, al papel de la comprensión intuitiva y al talento gerencial que desempeña un papel indispensable en la innovación. Hoy superamos esa postura, al sintetizar cálculo y creatividad en la responsabilidad y el mérito de la sabiduría sapiensal.
Novak, en 1993, unos diez años después de la obra mencionada, escribió una obra con un sentido diferente. En ella enfocó las diferencias que se dan en la familia Weber, entre las tradiciones protestantes: el abuelo conservador, el tio emprendedor, el padre gravoso y la madre laboriosa En esta segunda obra, Novak se sustrae del peso protestante, para sugerir que todos los elementos señalados antes son parte del espíritu humano, recogidos en las encíclicas papales que desembocan en la Centesimus Annus de mayo de 1991.
Frente a quienes sugieren que no se debe pensar en causalidad religiosa sino en que los cambios religiosos eran resultado de unos cambios económicos, o que explican a Weber a partir de Marx, M. Hill, recupera la propuesta teológica de Weber 1. El Dios creador que se revela; 2. El Dios salvador que destina a los hombres para salvación; 3. El Dios creador coloca en el mundo al hombre para su gloria; 4. Dios ha ordenado a todos los hombres, salvos o no, el deber de trabajar.
Según Weber, el calvinista interpretó en la práctica que esto significa 1. Eliminación de la mística que separa a Dios de las cosas de este mundo; 2. El hombre debe sumisión absoluta a Dios y debe hacerse instrumento suyo en la tierra; 3. Ahora, todas las energías religiosas tienen orientación ascética activa en vez de mística pasiva; 4. El hombre ha de entregarse a un dominio disciplinado de las exigencias de la carne; 5. Como el mundo natural ha sido creado por Dios y manifiesta en el su voluntad, la mejor manera de conocer a Dios consistirá en estudiar sus obras.
Importante es también la tesis de Elie Halevy, que replica la interpretación de Weber al calvinismo, aplicándola a Juan Wesley (1703-1791), y al metodismo. Resúmase esta posición en “la importancia de la ideología religiosa como elemento que impidió la revolución política en Inglaterra a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX”. Este es el fondo histórico teológico detrás de la presentación hecha al Congreso por la Alianza Evangélica de Guatemala.
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