Hemos escrito algo sobre las formas de interpretar el Apocalipsis. Las escuelas hermenéuticas aplicadas al libro, han sobrevivido en tanto se flexibilizan y adoptan posturas generalmente futuristas. Es curioso que la escuela historicista “pura” ha sido prácticamente abandonada por los comentaristas contemporáneos. Recuérdese que los intérpretes historicistas ven en el libro símbolos que se refieren al surgimiento del papado, a la corrupción de la Iglesia y a las guerras a lo largo de la historia de la Iglesia. Una postura clásica del historicismo es la identificación del papado con el Anticristo.
Algunos de los historicistas mas conocidos son: Martin Lutero, Juan Calvino, Ulrico Zuinglio, Juan Wesley, Charles Finney, C.H. Spurgeon y Matthew Henry. Los historicistas hicieron de la identificación del mahomentanismo con la quinta trompeta, y de la llegada de los turcos con la sexta trompeta, una identificación interesante de eventos proféticos con la historia. Sin embargo, no se ve el valor interpretativo de estos eventos en el resto del libro.
Los preteristas, del latin preter, pasado, ven que el libro se cumplió antes de la caída de Jerusalén. Ubican la escritura del libro en tiempos de Nerón (54-68 d. C.), antes del año 70. D. C., cosa bastante difícil de armonizar. Coincide con una rama del dispensacionalismo, que ve en Apocalipsis un panorama de la historia de la Iglesia, desde el período apostólico hasta el fin de los tiempos. Los capítulos 5 al 11 relatan la victoria de la Iglesia sobre el judaísmo; los capítulos 12 al 19, su victoria sobre la roma pagana; los capítulos 20-22 su gloria por estas victorias.
Por su parte, los idealistas ven en el libro, principios que se aplican a la iglesia, la cual se mantiene en permanente conflicto con el mal. Para encontrar estos principios recurren a un extenso uso del método alegórico por lo cual se les critica. Entre otros, estos principios son: (1) Un llamado irresistible a la vida heroica. (2) Incomparables desafíos a resistir. (3) el mal esta marcado y sufrirá la derrota al final. (4) nos da una nueva y maravillosa figura de Cristo, y (5) nos revela que la historia esta en la mente de Dios y en las manos de Cristo, como autor y apuntador del destino moral del hombre.
Los futuristas afirman que su forma de ver el libro es la única válida en tanto los juicios descritos en él no se han visto en esta magnitud en ningún momento de la historia. Por ejemplo, ¿cómo aplicar a la historia los capítulos 6, 8, 9 y 16? Las resurrecciones y juicios del capitulo 20 no han ocurrido ni el retorno triunfante de Cristo del capítulo 19. Entre los futuristas los hay premilenaristas que no ven un milenio que cumpla las promesas a Israel; y premilenaristas que creen que el milenio cumple las promesas a los judios. Estos últimos son llamados dispensacionalistas.
El problema es qué se hace con el lenguaje simbólico o figurado. Los premilenaristas no dispensacionalistas alegorizan encontrando en los juicios y calamidades del libro algún cumplimiento histórico o alguna predicción futura. Los dispensacionalistas armonizan la interpretación del Apocalípsis con Daniel, Zacarías y las profecías de restauración de Israel en el Antiguo Testamento. Así mismo, utilizan el discurso del Monte de los Olivos y la escatología paulina, y, al comparar textos entre si, concluyen que los capítulos (juicios) del 6 al 19 son aun futuros, no ven a la Iglesia en ellos (pretribulacionistas) y si ven, por otro lado, a Israel en esos capítulos (premilenaristas), cosa que los no dispensacionalistas no ven.
Quizá ya en 1:19 se halla lo que uno haga con el libro. Si “Las cosas que has visto”, dominan la interpretación, me hacen preterista; si “las cosas que son”, todo en tiempo, presente, domina la interpretación, resultaré siendo idealista; y si “las cosas que son después de estas”, dominan la interpretación, me harán futurista. Quizá cómo uno interprete 1:1, "las cosas que deben suceder pronto", determinará como llegará a 22:21.(Sigue abajo...)
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