viernes, 9 de diciembre de 2011

La Biblia y el rescate económico alemán, ¿un nuevo Egipto?

Angela Merkel es hija de un pastor luterano que recientemente falleció. Tengo la impresión que ella ha sido una luterana practicante, pero no conozco la naturaleza de su fe. Así que no pretendo reclamar que la Sra. Merkel sea “la José” de tiempos modernos. Tampoco pueden compararse Alemania y Egipto porque Egipto fue advertido por revelación divina al faraón, por medio de un sueño, acerca de la llegada de tiempos de abundancia y tiempos de escasez. Hoy lo que sabemos de la abundancia no lo sabemos por revelación, sino que lo sugieren los ciclos económicos producto de la expansión de crédito con sus dispendios y, especialmente, en los estados vecinos. Entonces ¿a qué viene esta comparación?
Alemania ha sido un actor importante en la economía europea. Mientras los vecinos se jubilan a los 50 años y viven del Estado el resto de su larga vida, los alemanes se jubilan a los 65 y trabajan, trabajan, trajaban. Como ha dicho la profesora María Loaiciga-Susino de la Universidad de Miami: “Mientras otros se mantienen en fiesta, los alemanes trabajan”.  Entiéndase por fiesta el dispendioso Estado benefactor que promete todo a todos, bajo la idea de que el Estado imprime dinero y de esa imprenta salen fábricas, empleos, bienestar y riqueza. Si, así nomas, sin riesgos privados, sin préstamos, sin inventores, emprendedores, o con empresarios que tienen costo cero e ingresos netos altísimos.
Hoy, los que han pagado la fiesta deciden como se administrará la Eurozona de ahora en adelante. Disciplina fiscal, no prometemos todo a todos, no más bonos o deuda soberana que nadie puede pagar, no más jubilaciones tempranas que quitan los ingresos a los que se han jubilado ya y solo incrementan los costos fijos. En suma, todo a lo que los estados se comprometieron si Alemania les daba dinero.  Alemania hizo su parte y los políticos de las naciones vecinas no cumplieron.
Egipto tuvo un papel interesante en la economía de escasez de su día. Ese momento especial es cuando Dios llama a José a sanear la economía egipcia para proteger a los descendientes de Jacob. José obliga a los egipcios a proveer para los tiempos de crisis (Gn.47). El “compró” a cambio de alimentos las posesiones de los egipcios. Los egipcios quedan pagando al faraón un impuesto del 20% (una quinta parte) del fruto de la tierra, que era para hacer sostenible la semilla que recibían (v.23), y el pueblo se queda de dueño del 80% restante: “y las cuatro partes serán vuestras, para sembrar las tierras y para vuestro mantenimiento” (v.24). La idea es que el 20% era para la producción de alimento y el 80% restante para el intercambio.
Eso se hizo claramente para sanear la economía egipcia, sí, del imperio, para generar riqueza en tiempos de escasez y proteger de esa manera a su pueblo. Dios preparaba el camino a Israel, la nación de cuyo linaje vendría el Mesías. Hoy no podemos reclamar lo mismo para las acciones de Alemania, pero ciertamente su capacidad y su claridad tienen el efecto potenciador de mantener unidos a los países de la Eurozona. Ni a los pueblos ni a los políticos les gusta la medicina alemana, pero parece que no tendrán más remedio que taparse las narices y tragársela.  No por temor a un Cuarto Reich, razón por la que Thatcher y Miterrand se oponían a la reunificación de Alemania, sino porque sus políticos piensan solo en el corto plazo y en prometer todo a todos.


Ante la posible quiebra financiera de la Eurozona, Alemania y Francia han optado por la intervención. El rescate de financieras, bancos, empresas y países enteros ha sido ya pagado por los alemanes pero las naciones no hacen cambio alguno. ¿Qué sugieren las autoridades teutonas para conseguir dinero? Que una parte venga de impuestos, otra de préstamos y otra de inflación de los próximos 15 años. Tres venenos que trás tomarlos darán el dinero de vuelta al Estado. Lo que José hizo fue dar recursos a los productores para que crearan ellos la riqueza. La única fuente segura de la prosperidad es la que producen las personas y no el Estado. 

lunes, 28 de noviembre de 2011

La Biblia y la conversión a Jesucristo de Adal Ramones

Ni falta hace decir quién es Adal Ramones. Hace algunos días facebook dejo correr por sus venas la noticia de que Adal había abrazado la fe en Jesús. Ante las declaraciones contundentes del comediante el público no religioso guardó un mutis discreto como quien no vio la cosa. Pero ¿qué significado teológico tiene lo expresado por Adal? Bueno tenemos dos o tres párrafos para explicar el hecho personal de una manera teológica y hacer algunas advertencias. No se debe olvidar que hay una larga lista de luminarias que han pasado por esta experiencia, algunos públicamente, otros discretamente en sus últimos días. Steve McQueen se hizo traer al famoso evangelista Billy Graham para escuchar de él mismo el evangelio. Más cercano a nuestro mundo, fue Porcel, el argentino, quien también dejo un testimonio escrito y televisado hablando de su conversión.
Nelson Ned, Yury y muchos otros músicos y actores han confesado privada y públicamente su fe en Jesús. Empecemos diciendo que Jesús cada vez que llamó a alguien a seguirlo lo hizo públicamente. Sean sus discípulos, la invitación a tomar la cruz o la confrontación con Zaqueo fueron eventos públicos. No se puede ser seguidor de Jesús “de la secreta”. No existe tal cosa en el Nuevo Testamento. Puedes ser discreto y cortes con tus amigos, pero no excesivamente oculto al punto de disimular si crees o no.
La fe aparece cientos de veces como la única condición que Dios pone para acercarse a él. Creer en Jesucristo según el testimonio del Nuevo Testamento significa creer que es él quien soluciona el problema fundamental del hombre. El hombre no es tan perverso como podría ser, simplemente no puede hacer nada que le recomiende delante de Dios para los fines de la salvación. Podrá hacer muchas cosas buenas, inteligentes, morales y hasta religiosas, pero a cuentas con Dios se pone únicamente por lo que Jesús hizo en el lugar de cada ser humano en la cruz: morir por él. Por eso el mensaje de la cruz, del Cristo crucificado y de la fe en lo que el hizo por la humanidad es central en el Nuevo Testamento.   
Ahora viene algo igualmente importante que el paso inicial. El crecimiento espiritual. Eso implica tiempo, conocimiento bíblico y oración. ¿Que logran esos elementos? Consiguen transformar nuestra mente en dos direcciones, darnos la perspectiva del amor a Dios y asegurar la perspectiva del amor al prójimo. Esa tarea del Espíritu Santo modela ese crecimiento, el creyente expresa su libertad, su responsabilidad y proyecta su piedad fundado en estos dos amores fundamentales, Dios y el ser humano. Esto puede tomar mucho tiempo pero no se pueden quemar etapas.
Trágico sería lanzar a Adal al circuito de predicaciones y testimonios por todas las iglesias, talk shows y países posibles.  Al principio Adal lo haría con mucha alegría, solo para descubrir después una innegable sequia, cierta hambre espiritual no satisfecha, un desierto interno que deja de ser bendición para él, para empezar a sentirse usado y hasta engañado. Lo peor es que él es actor y al principio puede hacer la pose que se le pida, pero con la pose se va profundizando su propia aridez espiritual. Dios guarde a Adal de esta mentalidad de show y mercadeo de la que él viene, y se le permita, como a Pablo, un largo tiempo para procesar, con el cuidado pastoral respectivo, el más fantástico suceso en su vida: tener vida espiritual y gozar de una verdadera relación con Dios. 

lunes, 14 de noviembre de 2011

La Biblia y el nombramiento de Harold Caballeros como Ministro de Relaciones Exteriores

Las relaciones exteriores de Guatemala tienen problemas muy candentes entre manos. Siempre sigue el reclamo del Estado de Guatemala a nivel jurídico sobre el territorio de Belice. Ese es un tema también sensible en la formación del General Otto Pérez Molina. No se olvide que los kaibiles, la fuerza élite formada en el territorio del Petén,  canta el himno y saluda a la bandera con su rostro hacia el oriente en señal de que el territorio guatemalteco ha sido cercenado por una potencia extranjera. Hoy las reclamaciones siguen abiertas y se reducen al tribunal de la Haya, de manejarse con la prudencia que se requiere y lograr el éxito que es posible, sería suficiente para asegurar su elección como presidente.
Otro caso importante es el del estatus de los migrantes en Estados Unidos. Los salvadoreños indocumentados lograron negociar un mejor estatus para sus ciudadanos, con permisos laborales en aquel país. Los guatemaltecos indocumentados están permanentemente bajo el riesgo de la deportación. Además los guatemaltecos desean votar en sus respectivos consulados en la unión americana, cosa que la ineptitud de los gobernantes actuales no ha hecho posible.
Otro tema es la unión centroamericana, la formación de un bloque más coherente que libera mercados, capitales y personas. Que además debe “despertar” la unión aduanera, la cooperación en justicia para la persecución criminal y la homologación de ciertas leyes que permitan una cooperación mas cercana de países que tienen un mismo origen, una misma historia y muchos problemas que son comunes. Estas son cosas que se han visto con bajo compromiso en el pasado porque al no ser prioridades del presidente terminan no siéndolo de los ministros de relaciones exteriores.
Otro problema sensible ha sido la relación con Israel, un tema no desconocido para el Dr. Caballeros, pero si muy mal manejado por el actual gobierno. La postura del actual gobierno se constituyó en una traición a la tradición en política exterior guatemalteca sobre este tema. No se constituyó en una confirmación de dicha tradición sino en una muestra de desconfianza a la pequeña nación. Preocupaciones que poco importan a los iletrados intereses vampíricos que nos gobiernan.
Es claro que el Dr. Caballeros está en ésta posición por méritos comprobados y por calificación profesional.  No cualquier guatemalteco llega a ser candidato a presidente y a posicionarse entre las  alternativas más convincentes a ojos de los electores más exigentes de la población de Guatemala. Eso incluye la postura del propio presidente electo que le escuchó en los foros y debates que compartieron en la reciente campaña.
Claro, siempre se puede mencionar que el Dr. Caballeros sabe mucho de qué es un embajador, también por su trasfondo judeocristiano.  Hay casos de embajadores y representantes extranjeros que llegaron a Israel en el Antiguo Testamento, para amenazar, negociar o simplemente para espiar como era la prosperidad de la tierra. El caso más importante, sin duda, es Jesús de Nazaret, prototipo del embajador enviado por Dios a la humanidad. Jesús representa a Dios, trae reconciliación a la humanidad, cumple con la justicia de quien le envía,  transforma la enemistad de quienes le recibieron en amistad con Dios, no viola el espíritu de las leyes ni de los hombres ni de Dios y retorna triunfante al padre al terminar su misión. 

lunes, 24 de octubre de 2011

La Biblia y la violenta muerte de Gaddafi

Tal cual Saddam Hussein, Gaddafi era ahora un líder político más que religioso. En otras palabras había moderado su postura en torno al islam extremo, participaba en las conversaciones libias y francesas para limitar la expansión del islam, e incluso había empezado pláticas secretas con Israel. Por otro lado, su potencial sucesor se había acercado a la London School of Economics en donde trataba de obtener un título que validara sus potenciales aspiraciones políticas. Entonces, ¿por qué cayó Gaddafi?
Gaddafi estuvo más de 40 años en el poder. Cometió atrocidades contra todo aquello que consideró amenaza. En el plano internacional quizá lo más recordado sea la voladura del avión de Pan-American. Apoyo el terrorismo y se constituyo en enemigo de occidente (EE UU), por lo cual fue bombardeado por Estados Unidos en tiempos del presidente Bill Clinton. Pero hay mucho más que eso.
Gaddaffi fue un líder extremadamente cruel con su propia población. Sus ejecuciones, castigos ejemplares y torturas de aquellos que le disgustaban son sacados de un prontuario de maldad. Quemar gente, violar mujeres parientes de opositores, empoderar sin control a jefes de cuarteles, son acciones que resultaron en miles de muertos y desaparecidos a lo largo de su gobierno. Era dueño de vidas y haciendas, por ejemplo, con el primer derecho a tomar mujeres y con la última palabra para terminar con la vida de quien fuera. Ni más ni menos que como en los tiempos de los imperios históricos pre-cristianos, que hoy se nos antojan brutalmente inhumanos.
Gaddafi murió en manos de la turba enardecida que tenía fijos en su memoria 41 años de atrocidades que se cometen cuando ni la ley, ni la moral, ni la tradición protegen al ser humano. La Biblia cuenta la historia de dos cuñadas que tuvieron acceso al poder en el reino del Norte Israel, y en el reino del Sur, Judá. Se les menciona porque ambas murieron como Gaddfi, en una suerte de linchamiento o muerte publica. Atalía era del norte hija del perverso Omri y recomendó a su hijo Ocozias, que ella procreó con Joram rey del Sur, casarse con una prima suya, hija de Acab, hijo de Omri y hermano de Atalía. Ocozias fue un mal rey en el Sur y murió (2 R. 8:27). Al morir Ocozías, su usurpadora madre mató a sus hijos (sus nietos) queriendo unificar Norte y Sur haciéndose ella reina (2 R. 11). Murió violentamente tras restaurarse la línea davídica. De Omri, rey de Israel, el padre de Atalía y de Acab se dice: “quien hizo peor que todos los reyes que habían reinado antes que él” (1 R. 16:25).
La cuñada de Atalía fue Jezabel, esposa de Acab, rey del Norte. 1 ero. Reyes ocupa casi la tercera última parte del libro relatando las perversidades de esta mujer. En suma, Atalía, hermana de Acab, casada con el rey del Sur y Jezabel, la mujer de Acab, eran dos cuñadas muy perversas. Jezabel también murió públicamente, lanzada por la ventana por sus propios siervos y comida por los perros en una escena que fue muy conocida en Israel (2 R. 9:30-37). En el caso de estas dos mujeres es el juicio de Dios el que se destaca en el relato. Cuando los hombres (o mujeres) se colocan sobre los seres humanos, abusando, matando y violentándolos de una manera cruel y arrogante, Dios les quita la vida.
Pero esta enseñanza bíblica va también para las turbas que linchan, matan y cometen injusticias en nombre de la justicia. Hemos tenido noticas de la muerte no solo de culpables sino también de inocentes en donde se hace justicia por mano propia. Por eso es tan importante que la ley cumpla su función y el Estado de Derecho se haga valer. Pero con Estado de Derecho o sin él, Dios seguirá haciendo su justicia, quitando y poniendo reyes, sobre pueblos “buenos” y pueblos “perversos”.

jueves, 6 de octubre de 2011

La Biblia y la solicitud a Naciones Unidas de un Estado Palestino

Dios dio a la descendencia de Abraham la tierra desde el desierto y el Líbano, hasta el Rio Éufrates (Josué 1:3-4; Gn. 12:1-3;). De modo que la presencia de otro Estado en esa tierra es evidencia de que Israel no ha recibido lo prometido por Dios. La Biblia responde ¿por qué eligió Dios a Israel?  (Dt.7:7) ¿Cómo lo elige? (Gn. 12:1-3; 13:14-17; 15:4-6) y ¿hasta cuándo le eligió? (Ro.11:1, 2, 25-27). También nos aclara cuál es el papel de Israel: es importante su misión, la tierra y la bendición que incluye ser el linaje del mesías
Pero en el llamado de Israel, hay una parte ética que es decisiva: Ex. 19-20, obedecer su ley (19:4-6; 20:1-17). Según Pablo, Dios quiso, 400 años después, por medio de Moisés, agregar al pacto con Abraham  (Génesis 12), el requisito de obedecer a Dios para tener bendición; pero la nueva ley no anula, invalida o cambia lo prometido (Gá.3:15-18).  De la importancia de la obediencia a esta parte ética surge la centralidad de Deuteronomio 28-30. Si obedecen habrá bendición, derrota de sus enemigos y permanencia en la tierra, de lo contrario habrá juicio y serán sojuzgados por las naciones.
En efecto por la desobediencia el juicio vino en la historia bíblica: la cautividad sobre el norte en 722 y sobre el sur en 586 A. C. Sin embargo, la nación fue restaurada en 536 A. C. Pero fracasó de nuevo al rechazar al Mesías, lo cual condujo a su desarraigo en el año 70 D. C. No fue sino hasta que surgió un Movimiento Sionista, iniciado en 1890, que se iniciaron los trámites para su retorno, tras 2000 años de desarraigo, a la tierra prometida, gracias a una resolución de Naciones Unidas. El retorno de 1948 se da en el marco del final de la segunda guerra mundial (1939-1945), tras la muerte de seis millones de judíos.
Asentado desde entonces en la tierra, sufrieron ataques fronterizos en la Riviera del Jordán y en el Sur, hasta que finalmente fueron invadidos en 1967, por Egipto. Israel respondió tomando la Riviera del Jordán, Gaza y la Península del Sinaí, pero eventualmente devolvió la península a sus “amigos”: Egipto
Desde entonces, Israel se haya bajo la continua protección de EEUU y de la comunidad internacional. Pero en años recientes muchos observadores internacionales han dicho que los palestinos, árabes, enemigos de Israel y de occidente, viven en condiciones infrahumanas. Se argumenta que si tienen el reconocimiento de su tierra como un Estado Palestino, las tensiones se reducirán. Israel insiste en que este grupo es fuente de ataques suicidas permanentes sobre su población, a pesar de poder entrar y salir libremente de Israel.
Sin embargo, hay que decir que Israel hoy no ha cumplido ni con la parte ética de la ley ni con su complemento neotestamentario, la fe en el mesías. ¿Cuáles son las posibilidades de Israel sin conversión?  Es posible que la condición de continua rebelión presente conduzca aún a otra dispersión (Dt 28).  Pero la promesa bíblica incluye que eventualmente, Israel será reunido por Dios  y llevada de vuelta a la tierra según su promesa (Dt. 30). Esto es posible en tanto y en cuanto en el presente el retorno a la tierra no ha sido visiblemente motivado por Dios y la mayoría del pueblo no esta en la tierra.
Se requiere arrepentimiento y volverse a Dios para recibir la bendición. Dios prometió darle un nuevo corazón a su pueblo (Jer. 31:33). Israel será salvo y será agente redentor en manos de Dios (Is.52:13-15). Ezequiel 36, dice que Israel tendrá un renacer, volverá de las naciones, será limpiado, tendrá un corazón nuevo, habitará en la tierra y será guardado de toda inmundicia (Ez.36:24-30), especialmente, porque será habitado por el Espíritu de Dios (Ez.36:27). La obediencia del pueblo será más plena. Por un nuevo pacto en el que Dios pondrá su ley en la mente y corazón de Israel (Jer.31:33). No será necesario que nadie enseñe a su hermano por que todos conocerán a Dios (Jer.31:34). En tanto eso no suceda, Israel tendrá a las naciones protegiéndola y sojuzgándola, tal como la Biblia dice que sucedería.

domingo, 25 de septiembre de 2011

La Biblia y la economía en algunos textos del Antiguo Testamento

La Biblia establece que el hombre come del fruto de su trabajo. Aun en el huerto del Edén, después que el hombre recibe la asignación de trabajar el hombre recibe el permiso de comer (Gn.2:15-16).  Aquí tenemos los incentivos que da la propiedad entendida como el derecho a disfrutar del fruto de su trabajo. No es ningún desatino decir que esa misma idea se ratifica en el mandamiento “no hurtarás” (Ex.20:15) y está también tras la idea de “no codiciarás” (Ex.20:17).
Mas adelante, en la vida patriarcal, leemos de Abraham, un nómada, pastor de ovejas, que debe calcular cuantos trabajadores necesita, en dónde hay pastos y cuántos animales intercambiará o consumirá, cuántos se morirán y cómo va a reponerlos. Abraham parece haber calculado todas esas cosas muy bien, porque Gn. 13 dice de él, tanto como de Lot, que “sus posesiones eran muchas”. Esas posesiones no surgieron de la nada. Surgieron del trabajo, de la administración de recursos y del emprendimiento. Las posesiones de ambos llegaron a crecer tanto que hubo cierta competencia entre tío y sobrino.
Al cierre de la época patriarcal, José tuvo el sueño con el cual ordenó la economía de Egipto. Compró a cambio de alimentos las posesiones de los egipcios, (y el verbo “comprar” se usa aun cuando el intercambio progresa en Gn. 47: v. 14, v. 19, v. 20, v.22, v.23). Primero, solicitó dinero, luego los animales y finalmente la tierra. Comprar no es expropiar, sino “adquirir” a cambio de un pago; es “intercambiar” como se dice en el mercado. El texto no dice que “todo” haya sido expropiación para la “teocracia”. Los egipcios se quedan pagando al faraón un impuesto del 20% (una quinta parte) del fruto de la tierra, quizá para comprar semilla (v.23), y afirma que continúan siendo dueños del 80% restante de la cosecha: “y las cuatro partes serán vuestras, para sembrar las tierras y para vuestro mantenimiento” (v.24). De modo que no hay aquí una economía que anacrónicamente pueda calificarse como expropiatoria y socialista.
En cuanto al año del jubileo debe reconocerse que tiene implicaciones económicas. En la parte central del pasaje nos dice que no era una reforma agraria sino un procedimiento para permitir rescatar por dinero las propiedades de la familia. El sentido de la frase “la tierra no se venderá a perpetuidad” (v.23), se explica en un procedimiento para su rescate (v.24). En los vs.25-28 se instruye como se rescata la tierra rural de un familiar. Las casas dentro de la ciudad, no se pueden rescatar después de un año de posesión (v.29-30). O sea, el rescate prescrito por el Jubileo tenía, en este caso, vigencia limitada. En cuanto a las casas fuera de la ciudad, se podían redimir de igual manera que los campos rurales (v. 31). También advierte que los levitas pueden redimir su propiedad en cualquier tiempo (v.32-34). Esto es una advertencia para que, quien compra casa o posesión de los levitas, sepa a que atenerse. Sugiere que en los otros casos no había un rescate “en cualquier tiempo”.
La propiedad es  herencia de Dios, pero ello no inhibe adquirirla a quien quiera hacerla mas productiva. Por ejemplo, se instruye cómo recuperar la tierra, aun cuando este en manos de un productor eficiente. Había un proceso para hacerlo e implicaba el pago de un valor por la tierra (v.15-16). La tierra sube de precio conforme su poseedor ha recibido más cosechas, quien por haber hecho a la tierra eficiente esta menos dispuesto a venderla. Pero la poca disposición se vence pagando más por ella. La tierra baja de precio si el teniente ha recibido menos cosechas (v. 13-14). No se produce pérdida patrimonial, en tanto se podía recibir dinero del rescate, lo cual sugiere que, volver a la posesión de la tierra, implicaba para unos comprarla y para otros venderla. Esto mas que una reforma agraria es un mercado de tierras en el que se da un método para recuperar la propiedad familiar y vigilar cuándo y en dónde comprar.

martes, 13 de septiembre de 2011

La Biblia y las elecciones en Guatemala

Al leer los libros de Samuel, Reyes y Crónicas uno encuentra toda clase de personajes que sin ambages aspiran a la realeza. Un dramático incidente partió la historia de Israel en dos. La herencia de un sabio no fue precisamente sabiduría sino vanidad y tras su muerte el reino se dividió. Los añicos morales de su propia vida se reflejan en el zigzag que se apoderó de la nación tras la pugna de las diez tribus al Norte y las dos al Sur.


De ese desgarrón político se desprenden los traspiés de la nación ahora escindida. Un desfile de reyes se suceden al Sur, Judá, y al Norte, Israel o Efraím. La ideología de los reyes se mide según su observancia de unos principios bien establecidos: 1. Guardar la ley; 2. No tener haren; 3. No entrar a la carrera armamentista (carros y caballos). Su éxito lo median los gobernados, aun cuando no fuera tan importante para Dios. ¿Incrementó las fronteras? ¿Negoció con éxito con las potencias extranjeras? ¿Evitó la invasión? ¿Gobernó por más años que su homólogo del Norte o del Sur? ¿Se enfrentó al Norte o al Sur con éxito? Para Dios lo importante era si había ilustrado a sus hermanos quién es Dios y qué hace Dios.

En el caso del Norte hubo 19 reyes a quienes se aplica lapidariamente como cierre de su vida personal la frase siguiente “y gobernó tantos años, e hizo lo malo a los ojos de Jehová”. Todos, sin excepción, son calificados como reyes malos, procedentes de 9 dinastías no davídicas. En el Sur hubo 19 reyes todos del linaje del rey David pero solo ocho de ellos fueron buenos reyes, del resto se dice lo mismo que de los reyes de Israel.

¿Qué significaba en aquel entonces ser buenos reyes? Vivir de acuerdo al consejo de Jehová; no consultar adivinos ni adivinas; no tener centros de adoración culticos dedicados a dioses paganos. Por supuesto, una institución que entonces transitaba de la mano de la monarquía era el profetismo. Los profetas, con la Ley en la mano, eran verdaderos conocedores de la voluntad de Dios y generalmente portadores de censuras y reprimendas contra los reyes. Distan mucho de los mandilones disfrazados de predicadores que hoy se acercan a besar manos y regalar Biblias en nombre de Dios.

Se destacan dos mujeres que hicieron gobierno, la pérfida Jezabel del Norte y la usurpadora Atalía en el Sur, si bien oriunda del Norte. Ambas estaban influidas por dioses paganos y murieron violentamente. De Atalía se explica que su hijo Ocozias, que procreara con Joram, había seguido el consejo de su madre, hija de Omri, rey de Israel,-- “quien hizo peor que todos los reyes que habían reinado antes que él” (1 R. 16:25),-- ella le recomendó a su hijo que se casara con la familia real vecina, con una hija de su hermano. Si claro, una chica de buena familia, prima además, en tanto que hija de Acab, hermano de Atalía, y así se emparentó a la dinastía del Sur con otro de los ruinosos reyes de Israel. De Ocozias se dice que su fracaso se debe al hecho de ser yerno de Acab (2 R. 8:27). Al morir Ocozías, su usurpadora madre mató a sus hijos y nietos queriendo unificar Norte y Sur haciéndose reina (2 R. 11).!Vaya joyita!

La otra mujer que gobernó fue Jezabel, esposa de Acab. 1 ero. Reyes ocupa casi la tercera última parte del libro con el relato de sus truhanerias. En suma, Atalía, hermana de Acab, casada con el rey del Sur y Jezabel, la mujer de Acab, eran muy perversas. Por supuesto, hoy las mujeres que gobiernen no tienen por qué ser malas gobernantes. Pero en el caso del Norte, había algo que explicaba de raíz la perversión de estas dos mujeres y de todos sus reyes. Al dividirse el reino, Israel o las diez tribus del Norte pusieron lugares de adoración pagana en Betel y en Samaria. Jeroboam, su primer rey, puso becerros de oro, y dijo a Israel “éste es vuestro dios que os sacó de Egipto” (1 Reyes 12 y 13). 

Jeroboam nombró profetas y sacerdotes para estos dioses paganos y evitó que las diez tribus del norte llevaran los sacrificios al templo de Jerusalén. Así empezó el abuso al prójimo y la indiferencia a Dios en el reino del Norte. Por eso el Norte sufrió doscientos años, entre el 932 y el 722 a.C., de desobediencia, idolatría, abusos contra su prójimo que causaron la cautividad, la cual no solo desarraigó a las diez tribus, sino que también nos ilustra lo que Dios piensa del mal gobierno y de la ausencia de fundamentos del bueno. 

Hoy, quizá por estar asentados en malas reglas, en la multiforme idolatría y en la total insensibilidad al derecho ajeno, Iberoamérica lleva ya casi doscientos años de fracaso, tras fracaso, tras fracaso… caracterizados por la mentira, el robo y el abuso. ¿Aprenderemos finalmente la lección?

lunes, 5 de septiembre de 2011

La Biblia y la visión comunitarista de Hechos 2

Debido a los ataques a la propiedad privada en el siglo XIX, cobró auge, entre algunos estudiosos de la Biblia, la idea de que Hechos 2 era la versión cristiana del socialismo de K. Marx. Esa opinión se repite hoy con más audacia que sustento contextual. A continuación veamos otro análisis de esos eventos. Lo primero que hay que observar es que los discípulos, tras el arresto de Jesús, volvieron al lugar del cual habían salido, el aposento alto.  Tras la resurrección se habla ya de “el lugar donde los discípulos estaban reunidos” (Jn. 20:19). De hecho, la ascensión del señor les sorprende conviviendo en ese lugar (Hch.1:13).
En segundo lugar, hay que preguntarse porqué permitió Dios que la Iglesia tuviera la experiencia del comunitarismo. Es claro que nosotros no podemos repetir la experiencia de Jerusalén, pero si podemos proclamar la experiencia de Jerusalén. Me parece que la intención es kerigmática, es para recalcar la unidad del Espíritu y el auxilio de la iglesia al ser humano frente al temor. Los discípulos estaban ahí por miedo (Jn.20:19 cp. Gn.3:10). Qué claro era para ellos que la unidad haría la fuerza frente a los perseguidores.
En tercer lugar, la voluntad del señor no era que se quedaran reunidos ahí para siempre. De hecho, la orden a los discípulos había sido ser testigos a “Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra” (Hch.1:8).  Por eso no debe sorprendernos que tras la muerte de Esteban, “hubo una gran persecución contra la Iglesia que estaba en Jerusalén y todos fueron esparcidos… salvo los apóstoles” (Hch.8:1). "Pero los que fueron esparcidos, iban por todas las ciudades anunciando el evangelio" (Hch.8:4).
Cuarto, ¿quiénes son éstos misioneros? Posiblemente los cristianos que no tenían propiedades. Hoy, quizá sea otra cosa, pero entonces no se podía misionar con grandes propiedades productivas y negocios que atender. De ellos se habían desentendido los creyentes tras la experiencia de conversión y unidad del Espíritu. Proclamar esa experiencia de Jerusalén incluye el poco apego a lo material para poder misionar.
Quinto, la venta de los bienes era voluntaria y no una exigencia de la conversión. En el plano espiritual era expresión de la dirección del Espíritu. La experiencia de Ananías y Safira deja en claro que la propiedad no estaba bajo ataque: “reteniéndola ¿no se te quedaba a ti? Y vendida ¿no estaba en tu poder?” (Hch.5:4). No es descabellado sugerir que aquellos sujetos a esa dirección de vender, también debían obedecer a Dios en la orden de misionar y que ambos actos están concatenados.
Sexto, parece que quienes no acometieron la orden de vender y la orden de misionar bajo la dirección del Espíritu sino bajo el signo de Ananías y Safira, se quedaron en Jerusalén, sin bienes y sin sustento.  Pablo, tomó ocasión de esto para retomar la compasión antiguotestamentaria, solicitando ofrendas para los creyentes pobres de Jerusalén. Es curioso que es la única comunidad cristiana para la que se solicita ayuda (Ro.15:26; 1Co.16:3,2Co.8,9). Para quienes hicieron grandes sacrificios materiales sin la intención de misionar el resultado no fue “teología de la prosperidad” sino pobreza.
Finalmente, la iglesia no puede volver a la experiencia de la iglesia primitiva pero si debe enseñar, en el contexto de la misión en Hechos, que es necesario continuar predicando hasta lo último de la tierra. La iglesia no es una comunidad de bienes sino una comunidad de dones, en donde cada uno pone al servicio de Dios su don para la edificación del cuerpo (Ro.12; 1Co.12). Como en Jerusalén, los creyentes deben considerar cómo poner de lado sus bienes para servir al señor más plenamente. Esa fue la oportunidad que tuvo la primera Iglesia de encender la luz apagada de Israel para alumbrar a las naciones. La Iglesia universal es producto de ese primer sacrificio.  

lunes, 22 de agosto de 2011

La Biblia y la justicia, ¿a secas o social?

Después de revisar diccionarios bíblicos sobre el concepto de justicia y las aproximaciones de los diversos vocablos, sus campos semánticos y sus significados, tengo la creciente impresión de que, como suele suceder en varios idiomas, la idea de justicia es siempre comunitaria. Es más, se nos sugiere en la revisión del material que el concepto individual de justicia no existe excepto cuando se aplica a la fuente de la justicia, Dios. Si eso es cierto, hay varias implicaciones que nacen de esa observación.
La primera es que la idea de justicia “social” es una redundancia y un sin sentido, al aplicarla a la idea bíblica de justicia, en tanto y en cuanto, la Biblia no conoce otra idea de justicia que aquella que tiene proyección dinámica hacia el prójimo. Se trate de la justicia del derecho “no tuerzas el derecho”, o de “La justicia, la justicia seguirás” (Dt. 16:19,20) siempre va de un ser humano a otro. La justicia es sinónimo de salvación en Isaías 40 al 55, y esa comparación subraya el carácter comunitario de ella.  
La segunda idea que surge de esta observación es que la justicia social no subraya la equidad sino la niega en tanto requiere una autoridad que determine casuísticamente lo que se debe dar a cada quien. Sum cuique, a cada quien lo suyo, rezaba el dictum distributivo aristotélico. ¿Quien determina que honores deben darse a cada quien? ¿Quién estipula qué bienes deben entregarse a cada quien? La falta de equidad autoritaria de un monarca. En la Biblia la justicia como equidad tiene un papel muy importante. Es decir, “no hace acepción de personas” (Dt. 15:19; Dt.23:3,6;). http://eticaderechoylibertad.blogspot.com/2009/09/la-igualdad-economica-de-hoy-y-los.html
La tercera idea es que en la justicia distributiva la autoridad, el poderoso o el fuerte, quien generalmente sesga el resultado de la justicia social, no prevalece en la Biblia. La justicia no es opinión de mayorías (Ex. 23:2; Jer. 22:3). Al contrario, que la causa de los débiles triunfe, esa es la medida de la justicia (Pr.31:9). En la justicia social, la de la autoridad arbitraria, no es difícil que triunfe el poderoso, o los que son más, o los que tienen más poder (Am. 2:6).
Otro punto, es que no se debe confundir la remuneración oportuna (Lv.19:13), con remuneración justa. En ningún lugar se dice que exista tal cosa como remuneración justa, lo que se subraya es que es justicia pagar la remuneración en el tiempo convenido (Stg. 5:1-6). Tampoco se debe confundir la balanza y medida justa con el precio justo. En ningún lugar en la Biblia se menciona tal cosa como un precio justo, la justicia esta en respetar las medidas. El truco no estaba en el precio, el truco estaba en dar menos de lo pactado, distorsionando pesos y medidas, perversamente.
Un punto mas, producto de estas observaciones es que la justicia es individual solo en cuanto a su medida suprema. Dios es la fuente de la justicia “Los cielos declaran su justicia porque Dios es juez” (Sal. 50:6). “Los juicios de Jehová son verdad, todos justos” (Sal. 19:9b). Hay un factor de orden textual que los hombres ponen de lado para introducir sus razonamientos sobre la justicia, ese factor textual subraya que la justicia de Dios se aprende en la Biblia (Sal. 19:7-10; 119:142).
Este sentido dinámico de justicia es importante distinguirlo del aparentemente más estático “righteousness” del inglés. Da, éste último, la idea de un estado o vivencia que se proyecta más que de una convivencia que se debate y se configura con la obediencia de cada día. Hacer justicia y misericordia son conceptos dinámicos y ciertamente muy parecidos. 

martes, 9 de agosto de 2011

La Biblia y las afirmaciones de Steven Hawking sobre Dios

De cuando en cuando los científicos desbordan sus propios criterios y aventuran afirmaciones sobre cosas que están más allá del método científico. Pierre Simon Laplace (1749-1827) recorrió con su telescopio los cielos y dijo “examine el cielo con mi telescopio y no encontré a Dios”. El cosmonauta soviético Yury Gagarin (1934-1968) dijo “fui al espacio y no me tope con Dios allá”.  Mas recientemente el físico ingles, Steven Hawking (1942-  ), profesor de la cátedra Isaac Newton, hizo afirmaciones que pueden interpretarse en varios sentidos, en su reciente obra “El gran diseño” (2010).
No todos concordaban que el propósito principal de Hawking hubiese sido descartar a Dios. Hasta la entrevista que concedió a Elizabeth Tenety, del Washington Post, en donde sin ambages declara “yo considero que el cerebro es una computadora que deja de funcionar cuando sus partes componentes fallan”.  Mas adelante dice: “No hay cielo o vida posterior para computadoras averiadas; esa es una fantasía para gente que le tiene miedo a la oscuridad”. Por supuesto, Dios, sus promesas y su Palabra son temas que, desde Hawking hasta Pepe cristiano, relativizan en nombre de la hermenéutica, ciencia que desconocen pero de la cual asumen un solo punto, que en la Biblia Dios está tratando de esconderse en vez de darse a conocer.
Era mucho mas prudente la visión de L. Witggestein que opinaba “de lo que no se puede hablar no se debe hablar”. Pero claro, su veta era una mezcla entre positivismo lógico y filosofía Kanteana, que separaba el conocimiento observable del conocimiento espiritual. Kant había querido proteger a Dios de las manos traviesas de la razón humana, y terminó ocultándolo del todo tras la idea de que el conocimiento espiritual esta mas allá de nuestra capacidad cognitiva.
La cátedra de Newton, que hoy ocupa Hawking, fue la de un hombre revisionista de la religión cristiana, pero ciertamente jamás hubiese llegado a la osadía de pensar que Dios era un objeto cultural y por ende fácilmente descartable. Newton era, por el contrario, un creyente en Dios y estudioso de la profecía bíblica, en especial del libro de Daniel y de Apocalipsis, pero, es claro que esto último no era su especialidad.
Tampoco es especialidad de Hawking la teología. Como ha dicho Peter Leeson, “la física ha avanzado encontrando razones astutas para NO plantearse ciertas preguntas”. En mi opinión, la pregunta clave la hizo el matemático y filósofo G. W. Leibniz (1646-1716), cuando decía que lo que le inquietaba era “porqué existía algo y no la nada”.  Es decir, porque vivimos con esperanza, planes y propósitos que no nacen de la materia y no en el sin sentido, el vacio, la ausencia, la soledad y la profunda oscuridad del infinito, de la nada.  
Hawking responde es gracias a la computadora que llevamos puesta, el cerebro. Pero afirmar eso es una credulidad descomunal, mayor que si creyéramos que un día, caminando al lado del Océano nos encontramos ahí, en la arena, en medio de la soledad y de la nada, el último IPad y llegamos a la conclusión que entre el sol, la arena del mar, el ruido de las olas, el roce con caracoles y estrellas de mar, con la varita mágica de millones y millones de años, esa IPad paso por distintas generaciones, de micro chip hasta la elegancia y belleza que hoy despliega, todo producto del azar y las mutaciones. Gracias por la brillante respuesta pero es demasiado simplista para mi.
Al contrario de la computadora de Hawking, me parece que Hawking ha dañado a la ciencia al olvidar, arrogantemente, los límites de la ciencia. Si Hawking fuera el único ser humano en haber cruzado el umbral del mas allá, su afirmación sobre Dios y el cielo tendría algún valor, pero como no ha presentado pruebas de que lo haya logrado, sus palabras sobre este tema no valen mayor cosa. Al Dios de la Biblia se le conoce en Jesucristo, en las huellas de la historia de Israel, en el trajinar de la historiografía del evangelio y no en fórmulas matemáticas o al final de telescopio alguno. 

viernes, 5 de agosto de 2011

!Gracias por volver! Hoy pasamos los 10,000

Hoy rebasamos las 10,000 visitantes a este blog. Para estar en verdad convencido de que estamos llenando una necesidad, no importa cuan pequeña sea, solo faltan dos cosas. Que dejen su opinión a cerca de lo que leen, y que se suscriban como seguidores del blog.  Gracias a todos los lectores.

martes, 19 de julio de 2011

La Biblia y el espionaje de Murdoch

Los Murdoch, Rupert y James, de ser hallados responsables, pondrán a prueba el Estado de Derecho. Las audiencias son largas y se trata del escándalo del mes. Es lugar común entre los críticos de la economía decir que esta carece de toda ética. En este juicio de valor, por lo general, se conjuga la crítica al materialismo y a la ambición humana, confundiendolas con empresarialidad y productividad, pero no son lo mismo. 
La economía no está formada ni por ángeles ni por demonios, sino por compradores y vendedores. Todos vamos al mercado a comprar lo que consumimos todos los días, sea la computadora, la comida, el auto o la educación y la salud. Cuando alguien compra o vende lo que se hace es una transacción de derechos de propiedad. Yo abdico al recurso que vendo a cambio del dinero y el comprador abdica al dinero que tiene a cambio del artículo que yo le vendo. Siempre es posible abusar en ese intercambio de derechos de propiedad.
Hay maneras de tomar ventaja sobre la competencia que no son siempre correctas. En el caso del imperio Murdoch, lo que está en juego es obtener la mejor información para ofrecer las mejores noticias por medios no lícitos. En otras palabras, en lugar de pagar a reporteros que hicieran un trabajo arduo que toma tiempo y es difícil de obtener, se había tomado el atajo de espiar a la gente, para obtener sin pagar reporteros, desde un centro de vigilancia y en el menor tiempo posible, la información de personas generadoras de información.
Estas maneras incorrectas de tomar ventajas sobre la competencia le dan mal nombre a la economía en general. Por eso, algunos tipifican al empresario como un aprovechado del trabajo de sus empleados y de las necesidades del mercado. En verdad es lo opuesto, sin el empresario no tendríamos acceso a los bienes que le hacen más fácil la vida al ser humano. ¿Cuál es la forma ética de manejar la economía?
La Biblia insiste en el infinito valor del ser humano. Creado a la imagen de Dios, es sujeto desde la eternidad de su amor y objeto del sacrificio redentor. Por eso, amar a Dios y al prójimo es el resumen de toda la ley. De modo que una prueba ética de la actividad económica es que nunca se use al ser humano como medio perverso para un fin egoísta. El ser humano es siempre fin y nunca medio.
La Biblia también insiste en la verdad. La mentira es algo que Dios abomina y daña al prójimo. Por eso la verdad y la autenticidad esta al centro de toda las relaciones humanas, incluyendo las mercantiles. De esa cuenta que otra prueba ética para la economía es que nunca se use la mentira ni el engaño, ni en la oferta ni en el pago o compra.
De igual manera, la Biblia dice que la violencia o la apropiación por la fuerza de lo que pertenece a alguien mas, es robar. Por eso el respeto al derecho de propiedad,  a la vida y a la libertad del prójimo son cosas centrales a toda conducta de mercado. De ahí que otra prueba de las mejores prácticas económicas tiene que ver con no usar la violencia ni la matonería en ninguna transacción, como solían hacerlo los gansters.  
Por eso, caerá el peso de la ley y toda la responsabilidad sobre los espías, que tomaron cosas por las que no pagaron, que ganaron dinero fácil y que se hicieron, de esa manera, más grandes que la competencia. El Estado de Derecho existe para proteger al público, y a los consumidores, de las truhanerías de prójimos, empresarios o no, para evitar el abuso, imponiendo penas certeras, prontas y cumplidas. 

domingo, 10 de julio de 2011

La Biblia y la muerte de Facundo Cabral en Guatemala

"Facundo vivió como hijo del mundo y murió como guatemalteco", dijo un amigo en Facebook. Guatemala es ciertamente un lugar peligroso. Las tesis se desbordan, que si el empresario, que si los políticos, que si la seguridad… hay en Guatemala un espíritu necrófilo. Pero eso no empezó ayer. Lo hemos cultivado por sesenta años, y seguimos, oyendo desde el aula universitaria que “la ética es una idea burguesa” y que “la religión y la moral son un sub producto de la ideología”.
Hemos visto para el otro lado cuando oímos que “el fin justifica los medios” y que con tal de terminar con los ricos, “los mártires que nos fabriquemos son enteramente válidos”. Hemos hecho oídos sordos cuando se dice que “las razones o causas políticas justifican las medidas de hecho”. Nos hemos hecho los tontos, cuando oímos que “no hay valores absolutos”. En fin, vivir entre mentiras, relativismo moral, simulación de afectos e indiferencia jurídica, tiene un precio: cosechar la fruta amarga de la muerte.
Henri de Lubac, el teólogo francés y uno de los representantes de la Nouvelle Théologie, lo dijo, elocuentemente, a finales del siglo XX: “cuando el hombre mata a Dios, terminan matando al ser humano”. Las dos guerras mundiales y las revueltas e insurrecciones regionales del mundo le daban la razón a de Lubac. En Guatemala dijimos que “Dios era producto de la supra estructura ideológica” y lo dijimos en tono doctoral o con el latiguillo discursivo de la política para sonar más interesantes.
Las malas ideas han producido malas leyes, es decir, aquellas que no protegen al ser humano, su vida, su propiedad y su libertad. Son malas además porque se entremeten, más de la cuenta, en la vida de los ciudadanos convirtiendo en político (o público) aquello que no lo es (comprar, vender, contratar, etc.), justificando a los ciudadanos que le juegan la vuelta a la ley, produciendo insensibilidad jurídica; es decir, son malas porque elevan irracionalmente los costos de transacción, seduciendo a su desobediencia. Finalmente, resultan pésimas porque producen privilegios, a unos porque tienen poder económico, a otros porque tienen poder político y a otros porque no tienen ni lo uno ni lo otro. Cuando “todos tienen privilegios”, “ninguno tiene derechos ciudadanos firmes” y eso destroza la republica.
Habacuc ve que la invasión de los caldeos viene sobre Judá porque: “Destrucción y violencia están delante de mi, y pleito y contienda se levantan. Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia” (Hab. 1:3-4). La verdadera espiritualidad es preocuparse no solo por Dios, sino también por el ser humano, resumen de toda la ley. En nuestro medio no necesitamos que venga la destrucción de los caldeos para que se sienta el juicio de Dios sobre una nación. Es suficiente un mal gobierno para tener a toda la población de rodillas.  
Los doscientos años de fracaso de vida republicana se basan en las malas leyes que no protegen a la persona. Por eso la muerte, la pobreza y el subdesarrollo son el resultado del mal gobernante que se opone a la reforma del Estado y nos deja en el desamparo sufriendo la crudeza de su fracaso político. Cada asalto, cada muerto, cada robo, cada joven sin hogar, sin empleo y dispuesto a servir a las peores causas, es una muestra de cómo el Estado y la Iglesia le han fallado a los guatemaltecos.
La muerte de Facundo, de un hombre de una fe profunda y de ideas muy claras, tan horrible y trágica como es, es resultado de la popularidad de las malas ideas y malas leyes en Guatemala. Ideas que los guatemaltecos repetimos y seguimos, sin analizar su parte en la tragedia que vivimos. La fe de seis millones de protestantes es impotente, socialmente, casi anodina, frente a la cultura que nos inmoviliza con sus malas ideas y malas leyes.  ¿Será que doscientos años de fracaso no son suficiente evidencia de que urge reformar el sistema y oponernos a las malas leyes y malas ideas que nos tienen cautivos?
¿Por donde empezar? Predicando la creación y caída como ámbitos de la espiritualidad; el elección de Abraham como el origen del plan de redención de donde viene Jesús. El Éxodo y la ley como la base ética del pueblo y la promesa de su presencia entre su pueblo. El juicio y la bendición que nos imponen definirnos, qué vamos a hacer hoy, ¿obedecer o fracasar? Los profetas con su mensaje realista no a las idolatrías, si a la justicia y a la misericordia: “arrepentíos”. La monarquía que ratifica que Dios reina y el hombre que lo hace mal, pone de rodillas al pueblo como sucedió tantas veces en Israel. Este mensaje evitará que nuestros hijos se hagan clientes del sistema penitenciario y producirá en el país ideas claras para pedir la reforma de las instituciones por medios jurídicos y por medios políticos.
Estas son las lapidarias palabras del ciudadano del mundo que se nos hizo solidario en su muerte: “La sociedad humana está tan mal, por las fechorías de los malos y el silencio de los buenos” (FC). Adiós Facundo, desde tu Chichicastenango, tu Tikal, tus lagos y volcanes. Desde todos los corazones que disfrutamos tu música, salpicados de amor con cada lagrima que hoy se derrama por vos.

jueves, 30 de junio de 2011

Luces y sombras del movimiento Protestante

El gran telón de fondo del movimiento protestante fue el renacimiento. Podría hablarse de los años 1253-1453. Florecieron, durante ese período, el arte y la cultura de las imágenes. También en esa época se venía gestando el surgimiento de los estados nacionales como alternativa política a la ciudad-estado. Son, en general, tendencias más que sistemas acabados.
Se trata de movimientos del espíritu humano en plena fluidez, y por tanto, escurridizos, ambivalentes e irreductibles a esquemas o sistemas. Movimientos que anuncian una dirección: el gobierno central, tras el Príncipe de Maquiavelo (1527); la autonomía de la razón y del individuo que imponen una dirección distinta a la civilización, una dirección antropocéntrica que complementa el cuadro descrito arriba. La republica, más respetuosa del individuo, no surgirá sino a finales del siglo XVIII.
Pues en ese marco, la Reforma Protestante ayudó a consolidar el papel del hombre y la mujer cristianos. El laico adquiere conciencia de su papel como creador en el mundo del trabajo; como responsable por la vida de la iglesia. Se retoma la teología del trabajo, del dinero y se crea una reflexión sobre el crédito y el interés bancario, ¡en el marco de la Reforma! Esta vez por parte de Juan Calvino. Sin duda, está tras esto la influencia de Gabriel Biel, maestro de Lutero y autor de un tratado sobre el significado del dinero.
El creyente redescubre la Palabra de Dios y la autoridad de la Biblia. Se trata de la esencia del mensaje y vida cristianos. La Palabra de Dios afecta el ámbito de la conciencia personal y abre con esto paso a la tolerancia, a la libertad y a la coexistencia religiosas.  Si bien el fruto de esto no se verá si no hasta después de cruentas guerras de religión cuyo contenido fue esencialmente político.
La teología tendrá una agenda abierta. No dependerá de otras instancias normativas sino de la Palabra de Dios, lo cual le permitió un dinamismo mayor. En los siglos siguientes, proliferaron las facultades de teología protestante en las universidades y se entregaron a un pensamiento creativo que, por otro lado, no siempre fue fiel al Evangelio, pero que sedimentó la permanencia de los valores en las sociedades europeas.
Nos causa sorpresa que, en Europa, sociedades que se consideran ateas, hoy siguen afirmando valores cristianos. Creen en la puntualidad, en la ética de trabajo, en el valor del ser humano, en el respeto al derecho ajeno, en la humanización de procesos sociales, en el Estado de Derecho, rectamente entendido. Proponemos aquí que se debe a que una legión de investigadores continúo manteniendo, en el plano ético, la discusión de los valores de esas comunidades. Disertaciones, Tesis, “Journals”, “Papers”, círculos de discusión, artículos de periódico y de revista, han mantenido vigentes los valores, en la comunidad científica y en  las ciudades universitarias en torno a estos centros.  
En Latinoamérica, abrazar el proyecto de Augusto Comte para la cultura y la educación superior en particular,  condujo a expulsar a la filosofía y principalmente a la teología de la educación superior, para dar lugar a las ingenierías. El punto es que nuestras sociedades se quedaron sin interlocución con un aspecto central en la formación humana, ayuna del aporte del marco creador del pensamiento de occidente, la tradición judeocristiana.
Por otro lado, también es cierto que el ocaso de la edad media tampoco le permitió al protestantismo ver que se encontraba, “científicamente”, ante una nueva era. Lutero y su colega Felipe Melanchton se opusieron a los descubrimientos de Nicolas Copernico. De ahí resulta fácil decir que la reforma tampoco estaba dispuesta ni preparada para conducir la modernidad y evitar la secularización europea, que parecía inevitable, con o sin Reforma.
Si algo podemos aprender de la historia es que no podemos atravesarle a la locomotora de la ciencia el auto de nuestra comprensión de los descubrimientos científicos. Trasplantes, biomedicina, células madre y clonación son fenómenos a los que hay que responder individualmente en cada adelanto específico. No es procedente responder como sí se tratase de un asunto unitario.
El “libre examen”, una de las hermosas herencias de Lutero, no debe confundirse con libre interpretación. En América Latina, en donde han surgido nuevos “dones espirituales”; nuevos apostolados; nuevas sectas unitarias, el “libre examen” se ha constituido en una negación de la cristiandad.
Otra de las sombras de hoy es la forma en que el protestantismo ha escogido ignorar el daño que el sistema “legal” de América Latina ha hecho al hombre latinoamericano. Más grave aún ha sido no reconocer la mano del Partido Papista de Gregorio VII (1075-1083) tras ese sistema, producto del derecho positivo. El “derecho”, usado entonces y ahora como herramienta centralizadora del poder y favorable solo a las elites, merece una decidida respuesta evangélica. Ese sistema constituye un ataque frontal a la libertad del ser humano (Ver de esta autor, “Una vida con responsabilidad”).
Sombra también ha sido la decisión misionera norteamericana, seguida del liderazgo criollo, de no enseñar a los cristianos su responsabilidad afuera de las iglesias. Ni la vida cívica, ni el trabajo, ni la educación, ni el emprendimiento han sido tocados por la predicación o la Biblia Protestantes. Mientras los cristianos palmean alegremente en los templos, el liderazgo que los tiene bajo su influencia se pierde la oportunidad de enseñarles a pensar su mundo de manera evangélica.
Al salir de esos templos, los hombres y mujeres vuelven a su pobreza, a su ignorancia y subdesarrollo. Sin un rayito de luz de la visión transformadora de la educación cristiana. Sin entender el compromiso de la doctrina judeocristiana con el cambio de actitudes, instituciones y mentalidad. Sin poder unir el mandato cultural del Génesis con la Gran Comisión del Nuevo Testamento. Quienes han señalado esto, desde mediados del siglo pasado, se han hecho eco de Marx: “opio del pueblo”.
Todo esto se ha escogido cubrirlo con un manto de espiritualidad. Cuando se ha necesitado articularlo racionalmente se le ha llamado “una actitud apolítica”. Estas supuestas neutralidades toman postura a favor de la irresponsabilidad en esas áreas. De eso el protestantismo latinoamericano es, en general, harto culpable.

miércoles, 15 de junio de 2011

La crisis del siglo ayer y hoy: Siglo XVI y Siglo XXI

“Las ideas tienen consecuencias”. Este aforismo es tan cierto hoy como hace 500 años. Dedicamos unas líneas a describir la situación en la que se dio la Reforma para analizar el impacto de las ideas de ayer el día de hoy.
El método “genético” no es estudiar historia. Es analizar en grandes tramos de tiempo, el impacto de las ideas a partir de su génesis u origen: Hay ciertas similitudes entre el Siglo XVI y el Siglo XXI. Algunas son meras sugerencias pues similitud no significa igualdad y menos “identidad”. La historia no se repite.
El Siglo XVI marca el fin del viejo orden medieval cristiano y el inicio de una nueva edad. En aquel entonces, las ideas en las que se fundaba la existencia humana habían perdido su carácter definitivo y daban lugar al cambio. El navegante genovés  Don Cristóbal Colón había descubierto en 1492 que la tierra no era plana.
En 1453, Nicolás Copérnico había descubierto que la tierra no era el centro del universo. Era el sol el centro, según su Revolutions Orbium Coelestium. Esto ponía en serias dudas la visión geocéntrica de Ptolomeo, el astrónomo y matemático de Alejandría que floreció en la primera mitad del Segundo Siglo. Su obra “Almagesta” y la visión Aristotélica de la realidad y de la “ciencia” se habían unido a la teología al punto de no saber,  culturalmente, en donde empezaba lo uno y terminaba lo otro.
Hoy, tras 500 años de “modernismo”, la conclusión es que ese es un orden superado. Ese término que vino a representar a la Ilustración y a la Francia del Siglo XVIII, que significa una protesta contra el renacimiento y su visión de la historia; que se refirió a una época que veía al pasado, al ocaso de la baja edad media, es un término que ha sido puesto de lado.
Hoy, hablamos de “postmodernismo”. Este término surgió en la arquitectura en la segunda mitad del siglo pasado. Pronto se empezó a ver en otras áreas del conocimiento al punto que en los años 1950s era un término conocido entre críticos literarios.
El término, que puede ser abusado por conservadores que miran con nostalgia al pasado; por críticos radicales que enseñan con la anarquía; por utopías que buscan un estilo que aun no logran definir y aun por cínicos para justificar cualquier cosa, puede usarse en una variedad de sentidos.
“Postmodernismo” es un término que caracteriza a una época que tiene ya varias décadas de desarrollo. Se trata de avances muy grandes que aún no podemos comprender al igual que de una actitud dispuesta a generar en todas las áreas de la existencia humana nuevas posturas. No importa, como en el Siglo XVI, si los griegos lo hicieron antes, si los romanos lo definieron con más radicalidad. Importa que ahora lo hagamos mejor porque es nuestra era y nuestro turno de hacerlo.
Se trata hoy, como ayer, de una época de tanteos, las diversas soluciones e ideas se prestan a las valoraciones más opuestas. Las fuerzas culturales son polivalentes; las iglesias y religiones se ven en el pináculo de sus oportunidades y a la vez en el ocaso de su pertinencia.
Espiritualmente, el postmodernismo reclama que todos los caminos llevan a Dios, como ayer todos los caminos llevaban a Roma. Pero, más profundamente, cada quien es su propio camino y quien sabe si Roma, después de todo, sea el mejor destino.
El papado heredero del renacimiento que ayer participaba del hedonismo, desde Sixto IV hasta León X, hoy pelea contra el. La Roma de hoy sigue siendo católica pero ya no pasa por Trento sino por la “tradición”, una palabra que, como “postmodernismo”, caracteriza a una época, al viejo orden y a la visión del mundo que nace con el.
La iglesia de Roma a pesar de las notables Encíclicas Sociales del Siglo XX; a pesar del Segundo Concilio Vaticano; a pesar de la Nouvelle Theologie en Francia y de la teología de la liberación en América Latina, sigue siendo la misma iglesia en el fondo y en mucho de la forma que interesa a los protestantes (la Biblia, la liturgia, el matrimonio del clero y las pompas papales). Hoy, con Benedicto XVI sentado en la silla de Roma eso no requiere mucha elaboración.
Porque, en cada caso, los intentos de Reforma encontraron cumplida respuesta desde Roma. Las Encíclicas Sociales y la teología de las realidades terrenas no superaron la vieja propuesta de una organización piramidal del mundo, con el Papa como señor del orden terreno a la usanza de las bulas de donaciones. Un mundo gobernado por elites y acuerdos cuasi-feudales que ya no era realidad sino en la teología católica. Un señoriazgo del orden terreno asegurado con la categoría del Vaticano como Estado secular.
El Segundo Concilio Vaticano elevó las expectativas de Reforma pero aún continuó con la infalibilidad; con la autoridad que descansa en el magisterio y no en el concilio; con afirmaciones de compromiso que ni reforman, ni corrigen bíblicamente, sino que corrompen el dogma más tradicional de la iglesia (la insinuación universalista y el coqueteo con el socialismo son solo un botón de muestra).
La Teología de la Liberación encontró en el actual Papa Benedicto XVI (Cardenal Joseph Ratzinger) una condena profusa, bien estructurada y tajantemente articulada, con mucha paja en el ojo ajeno y poca contrición por la escasa comprensión que las mismas encíclicas sociales tienen del proceso económico.
Los teólogos de la Nouvelle Theologie enfrentaron prohibiciones y silencios, censuras y los premios cardenalatos que fueron posteriores gracias a Juan XXIII, son un caso en el que los castigos que antecedieron desanimaron a toda la escuela francesa. Todo ello cifrado mejor que nada en la Humana Generis de Pio XII, la encíclica del 12 de agosto de 1950 que acalló a la escuela francesa. Se trata de una defensa de la teología natural clásica y de un silencio a Henrí de Lubac, Henrí Boullard, Jean Danielou y Hans Urs Von Baltasar.
En 1959, Hans Kung pronunció en Basilea, la Universidad de Barth, la conferencia “Eclessia Semper Reformanda” dos semanas antes de la convocatoria al Concilio Vaticano II. Destacó ahí lo que se esperaba de un teólogo de primer orden en diálogo con Barth y haciéndose eco a la escuela francesa. Pero años más tarde, como los franceses, el mismo Kung sería censurado. Luego  vendría la “Instrucción sobre la teología de la Liberación” que haría lo mismo a los latinoamericanos, Leonardo Boff, Juan Luis Segundo, Gustavo Gutiérrez y otros.
Y a los protestantes ¿cómo los encuentran los 500 años de Reforma? En América Latina hay tanto que decir. Un ecleciocentrismo parecido al de los días de Lutero. Una fe catedralicia con énfasis en la forma, en la autoridad, en el rito, en el gesto, en la magia milagrera. Una teología muy desfigurada que nos interesa elaborar en este trabajo.
¿Está la iglesia Reformada dispuesta a actuar según su lema “semper reformanda” . ¿Existe un programa visible de cambio que incluya una nueva actitud en los seminarios y centros de instrucción teológica? ¿Es la teología de las “Universidades evangélicas” realmente universal y realmente evangélica?
Me temo que Lutero saldría de las iglesias y megaiglesias latinoamericanas con la misma sospecha con que abandonó Roma en 1510, tras su misión oficial; sospecha que pocos años después le llevó a publicar sus 95 tesis, el 31 de octubre del año 1517.

martes, 7 de junio de 2011

La Biblia y sus demandas sobre lo político


El termino evangelio, en el que hemos creído, tiene su trasfondo en los capítulos 40 al 55 de Isaías. Se trata de las buenas nuevas de la restauración de Jerusalén después del exilio babilónico. La referencia a la “anunciadora de Sion” y a la “anunciadora de Jerusalén”[1], en la traducción griega del Antiguo Testamento, se describen con la palabra euanguelizomenos.
Se ha de recordar que el fondo de esto es la derrota de Babilonia y el retorno del exilio. “Cuan hermosos son sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas del que proclama (euanguelizomenou) la paz, del que trae buenas nuevas (euanguelizomenos) del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!”[2]
Pues este vocablo, cargado de esperanza, constituye el mensaje de Jesús y del Bautista. El inicio del ministerio de Jesús y del bautista fue “arrepentíos por que el reino de los cielos se ha acercado”[3]. De hecho todo el ministerio de Jesús Mateo y Lucas lo encierra en ir “por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios” (Mt. 4:23)[4]. Quizá por eso Pablo puede resumir todo su ministerio en “predicar el evangelio”[5].
Un tema que pasa ignorado es que el evangelio es también una polémica contra todos los reinos de la tierra. Sin desestimar el origen judío del término, los romanos lo usaban para hablar del entronamiento del emperador. César y Cristo se enfrentan y ambos tienen un evangelio que los anuncia, pero el evangelio del César no tiene el respaldo del Señor de las naciones.
El evangelio que se resumen en la muerte de Jesús por mis “pecados conforme a las Escrituras, que fue sepultado y que resucitó al tercer día conforme a las Escrituras”[6], tiene en mente no una creencia privada e inocua sino una confrontación con los poderes de este mundo.
Pablo, en Gálatas, dice que las palabras de Isaías tienen “cumplimiento en el tiempo cuando Dios envió a su hijo nacido de mujer y nacido bajo la ley[7]. Marcos, para quien la vida de Jesús es el evangelio, habló también del cumplimiento del tiempo para referirse a la venida del reino y a creer en Jesús, el evangelio viviente[8], quien “nos redimió de la ley”[9]. Por ello, es un sin sentido volver a la ley. Es colocarse no sólo bajo su regencia si no servir a dioses “que no son dioses[10]. Son “los rudimentos del mundo” que esclavizan en cuerpo y alma[11].
Adoptar la ley es despojar al evangelio de su gracia y revestirlo de nacionalismo judío. Adoptar cualquier nacionalismo jamás puede acercar a alguien al evangelio. Eso es renunciar a la adopción de hijos para hacerse esclavos de las aspiraciones políticas de los hombres. Cuando la iglesia anuncia el evangelio y los hombres creen, toman sobre sí la única marca pública que este mensaje exige: la fe y sus frutos.
Es por la fe que vivimos en el reinado de Jesús. Por esa fe relativizamos los reinos de este mundo y vivimos según las marcas del Espíritu: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe, mansedumbre y templanza”[12].
Cuando se habla de política, se le llama “arreglar el mundo”. Por supuesto, ¿arreglarlo, de qué? ¿arreglarlo, para qué? Y cómo arreglarlo, son asuntos que los cristianos no tenemos claro. La Iglesia se debate entre la intelectualidad y un elusivo “espiritualismo” que está muy lejos de la fe y de someter toda la vida al control del Espíritu.
¿Qué debemos saber sobre la nación y sus necesidades? El primer punto, es que Dios es el creador del gobierno humano: “sométase a toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”[13]. Si Dios es el creador del gobierno, ¿no es sabio pensar que puede ser su voluntad que sus hijos le sirvamos ahí?
Segundo, es fundamental que la Iglesia sea “sal” y “luz”[14]en todas las áreas de la vida: la radio, la televisión, los periódicos y por supuesto en la política. Pensar que no tenemos nada que hacer en la política porque está llena de hombres malos es como que un médico decidiera no enfrentar una epidemia por el riesgo de contaminarse.
Tercero, los hombres buenos deben promover la justicia. Ser “sal” y “luz” se halla en medio de la demanda de Jesús de una justicia más alta “que la de los escribas y fariseos”[15]. Es una justicia que obedece la justicia de Dios. Justicia y Misericordia es el reflejo de las características de Dios en la vida de hombre y el trato noble al ser humano, tomando al hombre como fin y nunca como escalón o medio. Job pregunta “gobernará el que aborrece el juicio”[16]. Los juicios de la tierra no pueden estar en manos de injustos sino en las manos de los hijos de Dios.
Cuarto, que hoy servimos a los demás a través del sistema de partidos políticos. Ellos se turnan en el poder por mandato del pueblo quien los premia o castiga con el voto. También servimos a la nación por medio de grupos cívicos. Estos se organizan para ejercer presión sobre los partidos políticos para exigirles que enmienden el sistema por medio e leyes y a través de medidas administrativas. ¿Por qué exigimos la reforma del gobierno? “porque es servidor de Dios para tu bien”[17].
El Estado tiene la gran responsabilidad de “llevar la espada”[18]. Es decir de usar el monopolio del poder de coacción para ordenar la vida de todos. Pero si el no tiene respeto por la vida puede abusar. Por eso es importante que todos hagamos que el Estado respete sus propias leyes y sirva a la justicia. Si eso requiere reformar leyes e instituciones es nuestro deber hacerlo: “pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo”[19].
Quinto, que existe una gran confusión entre democracia y república. Ambos elementos son complementarios y necesarios, si bien en una clara muestra de confusión, al sur del Río Grande hemos optado por la democracia escamoteando la república. Es la república y sus reglas lo que protege al ser humano (el constitucionalismo). La democracia y la voluntad popular tienen siempre la tentación de vulnerar los derechos de las personas. Sin república, la democracia sera tarde o temprano tiranía.


Sexto, la condición más noble para la vida es vivirla según una conciencia sin culpas. Por ello debemos obedecer toda norma. Cuando el sistema promueve la desobediencia a las normas va en contra de nuestra conciencia. Si un sistema mancilla la conciencia, entonces debemos todos juntos luchar por que no se mancille nuestra conciencia: “no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia”[20].
No podemos hablar de cambiar el mundo sin recordar que “el mundo pasa y sus deseos”[21]. Pero ese mundo entendido como el sistema encabezado por Satanás que deja a Dios afuera no es todo lo que hay. Está también el mundo en el que viven los hijos de Dios: “pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”[22]. ¡Ambas afirmaciones en el mismo verso!
Jesús es Señor de este mundo en tanto es su creador. De él tomamos las órdenes para hacerlo un mundo de justicia y misericordia. Si “la creación misma será liberada de la esclavitud de corrupción”[23], toda la vida es un llamado al discipulado de Jesucristo. Tu vida es una sola gran esfera de compromiso con el Señor. No hay esfera pública ni privada.
Los hijos De Dios no pueden vivir en un Estado que promueve pobreza violencia y corrupción y hablar de Dios en su Constitución política como si hubiera una “dios tolerante para la política”. No se trata de “un Cristo recto para el espíritu” y “un dios desordenado para el pueblo”. No podemos aceptar “un evangelio puro para la fe” y “una ley corrupta para la nación”. No se puede aceptar una “Iglesia confesante” cuya moral diaria es una negación de lo que confiesa, precisamente porque hemos aceptado que esa “ley para la nación” este gobernada por intereses y no por principios y valores.
Finalmente, el gran fondo en el que se da este discipulado es en el espíritu de paz. Paz significa “no violencia” y ambas deben entenderse en el espíritu de la bienaventuranza: “Bienaventurados los pacificadores”[24]. Sin embargo, no hay pacificadores sin “reconocer su bancarrota espiritual”[25]; sin “llanto”[26]; sin “mansedumbre”[27]; sin “hambre y sed de justicia”[28]; sin “misericordia”[29]; sin “”limpio corazón”[30]; sin “estar dispuesto a sufrir por causa de la justicia”[31].
La no-violencia definida en esos términos significa un respeto absoluto a la vida, de tal manera que controla y humaniza toda forma de trato con el prójimo. Eso constituye el fondo en el que se proyecta directamente la predicación de Jesús y su confrontación mesiánica con los poderes de Israel. Es por esa razón que “Jesús afirmó su rostro para ir a Jerusalén”[32] a morir, sin promover una revuelta violenta. Según todo lo que se puede comprobar históricamente, se dirigió a la pasión sin la menor resistencia.
Por esa misma causa, el celo Nacionalista de Zelotas en Jerusalén o el celo de su esperanza no convirtió a los primeros creyentes en rebeldes o insurrectos. La joven iglesia tampoco se adhirió al movimiento de insurrección contra Roma, justamente porque la violencia no era parte de la agenda ni de Jesús ni de los discípulos de Jesús.


[1] Isa. 40:9
[2] Isa. 52.7
[3] Mt. 3:2 y 4:17
[4] Lc. 8:1
[5] 1 Co. 1:17
[6] 1 Co. 15:3-4
[7] Gá. 4:4
[8] Mr. 1:15
[9] Gá 4:5
[10] Gá. 4:8
[11] Gá. 4:3
[12] Gá. 5:22
[13] Ro. 13:1
[14] Mt. 5:13-16
[15] Mt. 5:20
[16] Job 34:17
[17] Ro. 13:4
[18] Ro. 13:4
[19] Ro 13:4
[20] Ro. 13:5
[21] 1 Jn. 2:17
[22] 1 Jn 2:17
[23] Ro. 8:21
[24] Mt. 5:9
[25] Mt. 5:3
[26] Mt. 5:4
[27] Mt. 5:5
[28] Mt. 5:6
[29] Mt. 5:7
[30] Mt. 5:8
[31] Mt. 5:10
[32] Lc. 9:51
[33] 1 Jn. 2:17