¿Cuál es el ideal de la ética judeocristiana? ¿La igualdad económica o la responsabilidad por mis actos, incluida la productividad para tener que compartir con el que padece necesidad? ¿La igualdad social o la interiorización de valores por los que respondo ante Dios y expreso mi amor al prójimo? ¿Es la desigualdad humana el mayor oprobio ante Dios o eludir toda responsabilidad humana, colocándome fuera del alcance de la autoridad y gobierno de Dios?
Los distintos esfuerzos por situar a los profetas y a Jesús dentro de la igualdad matemática han fracasado. Jesús no criticó a la familia para desterrar la idea patriarcal sino para reordenar las relaciones en función del amor. Los profetas no son igualitaristas, definen la justicia como la compasión, no para igualar a todos, sino, para exigir que nadie sea indiferente al sufrimiento; la ley de Moisés, demanda que ningún ser humano sea indiferente a la necesidad humana, sobre todo en Israel. El ideal judeocristiano es responder en todo momento a Dios por mi prójimo, sobre todo, por aquel que me es cercano y cuya necesidad conozco.
¿Asume la frase "para que haya igualdad" simetría total con la comunidad de Corinto, al punto que si Jerusalén vuelve a tener necesidad ya Macedonia no pueda ayudar por que se logró la simetría? ¿O supone proporcionalidad que acepta diferencias de rentas en Corintio para ayudar a otros? ¿No opta toda la Biblia sólo por poner las simientes liberadoras de la infinita dignidad del ser humano? ¿Por qué no recomienda una feroz lucha en contra de la esclavitud, cruda expresión de desigualdad? ¿Cómo explicar la coexistencia con la esclavitud? ¿Será porque la igualdad sólo se logra pagando un precio muy alto, la pérdida de la libertad?
Fue después del grito de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, en Francia, el 11 de Julio de 1789, que el ideal de la ética social se convirtió en la igualdad. Los americanos se expresaron igual en su declaración de independencia en 1776. Para europeos y americanos hubo un lento desarrollo que incluyó pertenencia a una comunidad civil, en el siglo XVIII, derechos políticos, en el siglo XIX, y en el siglo XX, la igualdad de rentas y derrota de toda asimetría.
La experiencia socialista ha demostrado que resultó fácil igualar a todos hacia abajo (quitándole a éste para darle a aquel). Por supuesto, siempre quedan elites que gobiernan que para nada practican la isonomía o igualdad. ¿Es la igualdad social y económica lograda únicamente a través de la beneficencia del Estado y de la Iglesia o se obtiene también por medio de la creación de empleo que cierra la brecha relativa entre ricos y pobres? ¿En donde se ha cerrado la brecha con mayor eficiencia? ¿Entre los que proponen una legislación repartidora o entre quienes promueven el merito y el sacrificio de la ética de trabajo judeocristiana?
¿En donde hay mas virtud, en donde se iguala a todos hacia abajo (quitándole a este para darle a aquel) o en donde se iguala a todos hacia arriba? ¿Es la lucha por igualar a todos hacia arriba producto de la filosofía igualitarista de la pos ilustración, o producto de respetar por ley, el merito, el esfuerzo y el empeño de los que crean empleo, pagan salarios y dan lugar al surgimiento de la clase media que cierra la brecha relativa entre ricos y pobres?
En la medida que no reflexionemos sobre estas cosas y tengamos respuestas claras, seguiremos tomando los rábanos por las hojas, o tirando al bebé con el agua de la bañera. ¿Será que el cristianismo también nos impone la obligación de crecer intelectualmente y aclararnos las ideas o solo nos requiere aceptar las mentiras y mitos que nos han dicho en el aula o en el partido? Blas Pascal decía: "El esfuerzo mental por aclararnos las ideas es el fundamento de una vida moral". De otra manera seguiremos siendo pobres, creyendo fantasías. La oferta política se aprovechará de esto y nos dispondremos a que nos mientan otra vez.