Jamas debe perderse de vista que la desjudaizacion de la fe abrahamica y mesianica en manos de Saulo de Tarso obedece al hecho sencillo de que a partir del acoso de Adriano 132-135, contra los judios, los confronto con el hecho de que desde entonces y en los siglos venideros no tendrian ni tierra ni santuario y el cristianismo aferrado a esos símbolos hubiese muerto y desaparecido como una mera secta judaica.
Las razones finales a penas las podemos intuir. Obviamente el Antiguo Testamento y el sistema sacrificial eran un anticipo de Jesús quien es nuestro propiaciatorio como dice Pablo en Romanos 3. Jesús habia cumplido con ese sistema por eso se dice que en este nuevo propiciaciatorio él no solo cubre los pecados, como en el Antiguo Testamento, sino los quita según Juan 1:29. La doctrina cristiana se expandería por todo el imperio romano y finalmente por todas las naciones y etnias restando enfasis a su vision etnica original.
En el plan de Dios la fe tendría una proyección internacional y no local nacionalista meramente. La parábola de la semilla de mostaza que crece enormemente y vienen las aves y hacen sus nidos en ella (Mt. 13:32; Mr.4:32; Lc. 13:19; aves en el AT se refiere a las naciones) indica que para la Iglesia la cuestión nacional pasa a segundo plano, para quitar obstáculos a los gentiles y centrar las cosas en Jesús. Eso es parte fundamental de la desjudaizacion de la fe nacionalista y territorial.
Al final, el cambio de enfoque en el plan de Dios no tiene que ver con sobrevivencia tactica, ni con Adriano, ni con las estrategias de Pablo, sino con la deuda de Israel a Dios como Pablo mismo explica en Romanos 9 al 11. Los Judíos estaban bajo el juicio de Dios por abandonar el sustrato ético de la ley y por rechazar al mesías y de ahí su desarraigo. Adriano es una vara disciplinaria para Israel y Pablo una luz conductora para la Iglesia.
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