No son las fiestas
paganas de Saturno, o saturnalias romanas. La tradición de la navidad viene de Jerusalén
y no de Roma, aún cuando la fecha se discuta. Realmente se remonta a una
antigua promesa hecha a un hombre de las proximidades del Golfo Pérsico.
Abraham, oriundo de Ur de los caldeos, a quien Dios llamó y entregó la promesa “en
ti serán benditas todas las naciones de la tierra” (Gn.12:3). El Antiguo
Testamento relata la historia de los descendientes de Abraham, de cuyo linaje vendría
uno de la tribu de Judá, en cuya mano habría un cetro, ante quien “se inclinarán
sus hermanos” y aun los pueblos, un hombre que en lenguaje poético se describe vestido
color vino, es decir, vestiduras teñidas de sangre (Gn.49:8-12). Es el león de la tribu de Juda, un descendiente de Abraham que sera rey.
En tiempo de gran desesperación
nacional Dios levantó al profeta Samuel quien ungió rey a David, a quien Dios le
prometió “será afirmada tu casa y tu reino para siempre” (2 S.7:16). Muchos años
después, entre el año 739 al 700 A. C., Isaías recibió una profecía dirigida al
rey Acaz, rey de Judá, anunciando tres cosas 1. Que el rey sirio Rezim y el rey
Peka del Norte, Israel, se habían confabulado contra Judá; 2 Que Judá no debía temer
esa confabulación porque Dios no la permitiría; Querían poner por rey en Judá a
Tabeel, un rey que no descendía de David (Is.7:6). 3. Que a Acaz le sería por
señal que antes que un niño naciera y tuviera uso de razón la tierra de esos dos
reyes sería desolada (Is.7:7-16). El
niño, Emanuel, hijo de la profetiza, esposa de Isaías, sería señal de que “Dios
esta con nosotros” y su señal claramente era un anuncio de que Dios usaría en un
futuro muy lejano a otro hijo de una “joven en edad casadera” (7:14), para
regir a su pueblo y gobernar sobre el mundo.
Isaías vivió en días de
grandes potencias enemigas en las que Israel era un frágil barco de papel en
azarosos mares. Dios le dió otro hijo a Isaías cuyo nombre, Maher-Salal-hasbaz, significa
“el despojo se apresura y la presa se precipita”. Dios instruyó a su pueblo a no
buscar adivinos y encantadores para saber qué hacer (Is.8:18-19). Ellos tenían “la ley y el testimonio” y debían obedecer a Dios, cosa que no hicieron (8:20). La
desobediencia acarreó la ira de Dios sobre Judá, que sufrió el aplastamiento de
babilonios, persas, griegos y romanos durante siglos (8:21-22).
Pero esa oscuridad
terminará para el pueblo y para la humanidad (9:1-2) según el plan de Dios;
Dios trocaría su exterminio en alegría (9:3) según su propósito. Quitaría el yugo
y el cetro de opresores según su plan (9:4). Se proponía también quitar toda
señal de guerra de entre su pueblo (9:5). Todo lo que el pueblo debía hacer
era recibir a aquel que haría posible los planes para su pueblo y para todo ser humano. Pero esa
es la parte difícil. El medio para ello era creer en un niño que nacería un día
en un pesebre.
La profecía
de éste niño prometido continúa en Isaías 9:6. El tiene el principado.
Se lo describe como “Admirable consejero”, su sabiduría se describe como extraordinaria, él trajo un mensaje pleno de sabiduría para un pueblo que necesitaba creer. ¿Por qué ir a los
adivinos o a los hombres teniéndolo a él? “Dios fuerte”, frente a los enemigos a los ejércitos y a las trampas el
si puede defendernos. “Padre eterno”, cuando
todos los recursos terminan el nos sigue protegiendo constantemente. “Príncipe de paz”, frente a los problemas y dificultades de la vida su poder y consuelo son la solución y la paz en medio de nuestras pruebas.
Su reino o imperio
sobre nosotros no tiene limite (9:7). Jesús de Nazaret es el niño heredero del
trono de David. El anuncio del profeta Isaías siete siglos antes que Jesús
naciera fue que él sería más que un niño, un redentor, que daría su vida por la
humanidad (Is.53:1-12). Es por el poder de Dios y por su obstinado amor por el
ser humano que todo esto es posible. Esta es la navidad que celebramos y no la del
24 o 25 de diciembre. Nuestra navidad es una celebración de obediencia a Jesús todos
los días. ¿Ha creído usted en él? ¿Es él
su señor y su salvador?
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