martes, 30 de octubre de 2012

Por qué la Reforma Protestante hace 495 años

Hoy se cumplen 495 años de la Reforma Protestante. Estamos a cinco años de los 500 años de ese importante evento histórico. ¿Cuáles son las raíces mediatas en inmediatas de ese hecho?  No  podemos responder al detalle pero aquí van algunos trazos gruesos en respuesta a esa pregunta.
En otras palabras, no podemos decir nada del protestantismo…
Aparte de la auto manifestación de Dios en la historia de su pueblo Israel, linaje del cual viene Jesucristo;
Tampoco aparte de la auto manifestación de Dios en la vida, obra, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret; Nos referimos a la singularidad histórica del Jesús de Nazaret.
Ni aparte de la auto manifestación de Dios en el testimonio de la Iglesia Cristiana cuyo fundamento es la revelación del Antiguo Testamento, la muerte y resurrección de Jesús y la venida del Espíritu Santo.                    No podemos llegar a ningún lado sin esos importantes antecedentes teológicos. En esta ocasión no lo elaboramos en detalle pero no pueden quedar sin mencionar estas cosas.
Segundo fundamento para hablar del protestantismo son las acrecencias de la edad media. En otras palabras, tampoco podemos entender el protestantismo…
Aparte de la romanización de la cristiandad, que se le conoce como “Romanitas,” que tomó la pompa, colores y organización civil de roma del año 440 al 460; especialmente que ocupó el lugar del poder civil tras la caída de Roma ante los bárbaros a partir del año 410;
Tampoco  podemos entender el protestantismo aparte de la cristianización de los germanos y la germanización de los cristianos entre los siglos VI al IX cuando se dan importantes cambios teológicos en relación a la Iglesia primitiva: se adopta el bautismo pasivo de infantes dejando el bautismo de adultos de la Iglesia primitiva; se afianzó la liturgia del clero en latín en lugar de la liturgia participativa del pueblo;  se instituyó la confesión auricular en lugar del arrepentimiento público y definitivo; se extendió la veneración de santos y reliquias en lugar del recuerdo de los mártires y sus tumbas; se adoptó la creencia en espíritus y la superstición germánica en lugar de una teología más reflexiva; se apadrinó el celibato del clero especializado que sustituyó a la educación; se abolió la ordenación de mujeres al diaconado, todo esto entre los siglos VI y IX.  
Finalmente, no podemos entender el protestantismo aparte de la propuesta de los Reformadores de quitarle a la fe el ropaje de la filosofía escolástica con su acento en la razón y en la fe como comprensión en vez de decisión existencial;  desconocer a la "romanitas" y a la "germanización" del cristianismo para volver a la sencillez de la fe del Nuevo Testamento. La Reforma fue una apuesta en contra de la civilización cristiana con su pompa, boato y secularización y a favor de la fe cristiana.