Describir al Dr. Virgilio Zapata
Aceyus es complicado.
Miles de guatemaltecos le conocen
como el predicador incansable que volvió a su país en los años 50s y lo recorrió
entero, con su joven esposa, predicando el evangelio en cada rincón de
Guatemala. Miles de guatemaltecos le conocen como el gran educador de análisis
penetrante, informado y eterno candidato a las Palmas Magisteriales que los
políticos le negaron. Para miles de ex alumnos realmente es la imagen del
Moisés bíblico, mezcla de gran mansedumbre y
enorme capacidad ejecutiva, puesta al servicio de la niñez y juventud
guatemalteca. Miles de guatemaltecos le recuerdan como el formidable atleta de
los años 50s, seleccionado nacional de baloncesto, encestador de puntería
increíble, con el record de haber anotado 40 puntos en un partido internacional
y, por si fuera poco, como fondista veloz de los juegos panamericanos con
records a ese nivel.
¿Quién es entonces el Dr. Virgilio
Zapata Arceyus? Nació en Guatemala el 1 de junio de 1928. Hijo del abogado
Virgilio Zapata Mendía, y de la Señora Lucy Arceyuz de Zapata. Vivió el
desarraigo al tener que salir de Guatemala a México, por el exilio de su padre,
en los primeros años de su vida. En México vivió su conversión al Evangelio, su
liderazgo como joven cristiano en la Iglesia presbiteriana y empezó a destacar
como basquetbolista en su adolescencia, conocido como “el chino zapata”, ya que
en México llaman “chino” a quien en Guatemala llaman “colocho”.
Su padre, a la sazón profesor
universitario de derecho en México, otro guatemalteco notable en el exterior, había
conocido el evangelio en Guatemala a través del testimonio del Dr. Carlos
Secord, un misionero evangélico, médico de profesión, de extracción de los
Hermanos Libres. La estirpe cristiana del joven Zapata era personal y familiar,
el Lic. Zapata Mendía, su padre, incluso llegó a ser líder del presbiterianismo
nacional en México en los años treinta y cuarenta.
A finales de los años 40, el
joven Zapata emigró a Estados Unidos en donde inició sus estudios en la
Universidad de Bob Jones, en Greenville, Carolina de Sur. Ahí fugaz, o más
permanentemente, estudiaron otras luminarias de la vida evangélica norteamericana,
como el Dr. Billy Graham, el Dr. Haddon Robinson, el Dr. Edwin A. Blum, este último
mi profesor de teología en Estados Unidos. El Dr. Zapata terminó su B. A. en teología
y un M. A. en Educación en Bob Jones, antes de venir a Guatemala a principios
de los años 50s. Entrenó atletismo y educación física en la Universidad.
En la providencia de Dios, su padre el Licenciado Virgilio Zapata Mendía, de 1953 a 1954, en tiempos
de la “Primavera Democrática,” llegó a ser vocal cuarto de la Corte Suprema de
Justicia. El gestionó, como abogado, la inscripción legal del Instituto
Evangélico América Latina que era la visión del joven Virgilio Zapata, con 26
años, y de otros jóvenes misioneros y educadores como él.
El doctorado le vino a Don
Virgilio tras completar la Maestría en Educación en la Universidad del Sur de California,
y luego al culminar el doctorado en Filosofía en la Universidad Landivar de
Guatemala. Su tesis doctoral es el libro “Historia de la obra evangélica en
Guatemala.” Los que le hemos visto migrar por distintas etapas de la vida le conocemos principalmente por su deseo
incansable y singular de dar a conocer a Jesucristo, una herencia que
pálidamente imitamos de él. Fuesen políticos, académicos, presidentes, alumnos,
ex alumnos, ministros de Estado, nadie escapaba al ímpetu evangelizador de Don
Virgilio.
De joven, sus
referencias constantes a las cartas del “apóstol Pablo”, al evangelizar a sus
amigos, le valieron el mote de “el apóstol”. Ese apodo luego se popularizó entre los deportistas, ya
que cada anotación de basquetbol era acreditada “al apóstol”. Este primero de
junio que celebramos los 88 años de este
“enviado”, apóstol, del evangelio y de la educación, damos gracias a Dios por
cada uno de los días que le ha dado sobre esta tierra. Un saludo a nuestro
querido mentor, incansable forjador de juventudes que ha visto graduar a mas de 10,000 profesionales.