sábado, 22 de enero de 2011

Personas con identidad, por la gracia de Dios

1.       Dios dispuso que el cumplimiento de la ley se resumiera en amar a Dios y amar al prójimo, este resumen de la santidad es muestra de su gracia, porque a partir de esto la conducta piadosa incluye no solo pensar en Dios, sino respetar el derecho ajeno en función de Dios y no lo hizo Dios para protegerse del hombre, sino para protegernos a nosotros de nosotros mismos.
2.       Jesús “sabía lo que había en el hombre” (Jn.2:24-25), por eso "no se fiaba de ellos". Al ver dentro del ser humano, Jesús veía una replica de si mismo que había sufrido “toda tentación” (Lc.4:13) y que había sido tentado en todo pero sin pecado. ”Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre Jesús también participó de lo mismo” (He.2:14), por eso delante de Dios tenemos a tan misericordioso sumo sacerdote que puede compadecerse de nuestras debilidades.
3.       Dios dispuso perfeccionar al hombre del pecado, como parte de la obra de redención, por medio del Espíritu Santo cuya venida al mundo es resultado de una eterna relación por la que el Padre, el Hijo y el Espíritu de Cristo decidieron que fuera él nuestro santificador.
4.       Jesús, desde la eternidad, diseñó con el padre la imagen de Dios que el hombre llevaría, ella sería susceptible a reflejar, no solo los poderes creativos de Dios, sino la santidad que viene al creer en él. Esa perfección del diseño suyo hace a Dios perfectamente compatible con  el ser humano al punto de decir “el que me ama, mi palabra guardará; y mi padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.” (Jn.14:23).
5.       La compatibilidad entre Dios y el hombre hace que el actuar del hombre sea una extensión de la obra de Dios, haciéndonos depositarios de las obras que Dios preparó de antemano para que nosotros anduviésemos en ellas (Ef.2:10). Llevar fruto es hacer sus obras, haciendo vida su palabra para recibir la maravillosa  oferta de “si mis palabras permanecen en vosotros pedid todo lo que queréis y os será hecho” (Jn. 14:7); “si guardareis mis mandamientos permaneceréis en mi amor como yo he guardado los mandamientos de mi padre y permanezco en su amor” (Jn. 15:10); “Estas cosas os he hablado para que mi gozo este en vosotros y vuestro gozo sea cumplido” (Jn. 15:11).
6.       En la cruz la identidad de Jesús se hace una con la identidad del ser humano, nuestro representante ahí, se jugó el todo por el todo en nuestro favor, desplazando al hombre y asumiendo el toda la humanidad, para devolvernos, por la fe, una nueva identidad, la de estar “en Cristo” y ser declarados hijos de Dios. Por eso, al final de los tiempos no solo habrá individuos sino también naciones, porque la desaparecida identidad de cada persona, retenida por Cristo en la cruz, habrá sido devuelta, a cada hombre, de cada pueblo y nación que ha creído en Jesús.
7.       La Iglesia es la comunidad de personas que Jesús ha creado, él es la cabeza en más de un sentido: es su modelo, le otorga dones, y plantea demandas éticas a su pueblo, lo cual se traduce a vivir la vida suya en el poder del Espíritu, esto es, amar a Dios, amar al prójimo y guardar su palabra. Cristo es el fundamento de la Iglesia, en cuyo sacrificio se cimenta y fundamenta la relación de todos los hombres que creen en Dios, de modo que la iglesia no es un club sino una comunidad de quienes confiesan el nombre de Jesucristo, norma viviente, para quienes han creído lo que Dios dice de él.
8.       La esperanza humana, a lo largo de los siglos de la historia de la salvación, se ancla en Dios, quien preside la historia del rescate divino a favor del hombre, pasando por tipos y anti tipos antiguo testamentarios, hasta centrar su cumplimiento en la persona de Jesús de Nazaret, quien convierte la esperanza humana, con sus muchos logros y grandes fracasos, en esperanza cristiana.

viernes, 21 de enero de 2011

Sobre el carácter cristológico del Apocalípsis

"In John's work, the fact that the Christ has
already come and wrought His redeeming act among men is
central: the crucified, risen and exalted Lord is the chief actor
in the drama; He walks in the midst of His churches, He opens
the book of destiny, He executes the wrath of God, He brings
the Kingdom'to victory, He shares with God the glory of the
eternal City. We have no hesitation, therefore, in asserting that
this Apocalypse is a Christian writing, not a Jewish nor even a
semi-Christian and semi-Jewish product. The question as to
whether it is to be judged on the same basis as the Jewish
apocalypses cannot be decided by its formal likeness to the
latter; its relation to the teaching of Jesus and of the early
Church has also to be taken into account and by the latter
standard alone does it stand or fall."


C. R. BEASLEY-MuRRAY.

viernes, 14 de enero de 2011

"En el principio creo Dios": la narración de un debate

Fisgoneando en el arcano pasado, concluimos que no estuvimos ahí para contar las cosas con la precisión que se requiere. Los estudiosos de la cultura del Cercano Oriente nos dicen que había en su mitología fuerzas que restringían las posibilidades de crear, pero la sustancia de esta discusión, en nuestro grupo, ha girado antes hasta el mareo,  en torno a si el mito es parte del texto bíblico o no. Esto era una reedición de algo que en el grupo de “Fe en el mundo moderno”, en la universidad Francisco Marroquín, aparece de tiempo en tiempo. Hoy de nuevo nos visitó. 
Sesudez sobre el tema se presenta en las parsimoniosas y brillantes disquisiciones de Amable Sánchez, preguntándose lo que el mito es y respondiendo con agudeza a su propia pregunta. Armando de la Torre, mi querido maestro de muchos temas, se ubica en el punto medio de la discusión con su siempre oportuna insistencia en la importancia de la revelación “desde arriba”. Yo soy el desquiciado que se opone a estos maestros del debate diciendo simplemente que la explicación del mito y de la revelación que escucho, son insuficientes frente al testimonio bíblico.
Varios toman la palabra para afirmar que el mito es bueno; “Armando sale al paso preguntando ¿pero hay verdad tras él? Porque los cristianos insistimos que esa verdad es normativa”. Y así surge el tema de “lo histórico”.  Roberto Blum, con su estilo poco pretensioso y bonachón dice “bueno el Génesis, en sus primeros capítulos recurre al lenguaje mítico, pero luego conforme avanza el desarrollo del Antiguo Testamento lo histórico es innegable”. Valiente concesión de Roberto al punto que me siento tentado de preguntarle por "las diez plagas" y "el paso del mar rojo", pero creo adivinar la respuesta, mito será todo aquello en lo que haya un milagro.
Yo les observo y participo queriendo entender no los argumentos sino de dónde vienen, quién dice lo que dice y por qué cree como cree. Esto me tranquiliza en medio de mi profundo desacuerdo con los buenos hombres que se toman el tiempo para pensar en el significado de la fe para el mundo moderno. El ejercicio es respetuoso, fluido y a ratos, inesperado, como cuando adquiere carácter ¡sangriento!  ¿Fluido? Si, a uno de los invitados, al hablar Roberto del problema del mal, le empieza una profusa hemorragia de nariz. Tuve el impulso, controlado por suerte, de preguntar a nuestro lúcido pero destilante Gabriel Zanotti “¿persistirás en tu desacuerdo conmigo?”. A pesar que mi broma fue solo pensada, de todos modos los comentarios alusivos tambien manaron. 
Mi punto era que la idea del mito se nos ocurre por lo que calificamos como lenguaje simbólico de la revelación. Pero contra argumenté que los símbolos no se interpretan con símbolos sino con base a la realidad literal que está detrás del símbolo.  Nadie niega, dije, la existencia del lenguaje simbólico. Lo que cuestionamos es usar esa concepción del símbolo para apoyar la ideología de que frente al símbolo tenemos que guardar silencio en vez de interpretarlo. Insistí, atrevidamente, que esa postura es ideológica dando a entender que son otros, "los expertos" autorizados para interpretar el texto y no nosotros.
Concluí, con aplomo que debió parecer ensayado, que en esa postura damos la impresión que Dios en lugar de darse a conocer por medio de la revelación, está más bien escondiéndose en ella. Por supuesto, no hubo elogios ni desacuerdos con mi punto, pero Armando asintió cuando identifiqué la revelación  con la idea que Amable había atribuido al mito, solo que en mi caso, “desde arriba”: revelación es un contenido; Dios da a conocer al hombre lo que éste de ninguna otra manera podría conocer. Los argumentos siguieron y, curiosamente, cuando terminamos cesó también la hemorragia de Gabriel. De seguir la discusión, Gabriel  hubiera sido transfundido. Julián y yo caminamos al parqueo mientras reflexionábamos en la importancia de dar al texto su lugar como factor original y originante de todas estas preocupaciones.  

jueves, 13 de enero de 2011

PROGRAMA: Todo el Consejo de Dios


La síntesis del Pentateuco;  Verdadera espiritualidad
La síntesis de los profetas anteriores; Lógica: la mente cristiana
La síntesis de los profetas posteriores; Historia de la Iglesia
La síntesis de los Escritos;  La Reforma Protestante
La síntesis del Nuevo Testamento I;  Cristianismo y ciencias sociales
La síntesis del Nuevo Testamento II; Hermenéutica y Homilética I
Liderazgo y responsabilidad; Hermenéutica y Homilética II


Diplomado en Estudios Bíblicos y Predicación
Impartido únicamente por Internet.
Duración: 10 meses, a partir del próximo 1 de Febrero.

No es necesario tener un grado universitario.
Solicite más información e inscríbase.

guillermo.w.mendez@gmail.com

lunes, 3 de enero de 2011

La Biblia y las elecciones del 2011 en América Latina

Los inquilinos de varios palacios de gobierno están por desalojar este año. Algunos de ellos tienen haciendo fila afuera, llamando a la puerta, a ¡!mujeres!! por primera o reiterada vez. La Sra. Rouseff en Brazil, la Sra. Fujimori en Perú, la Sra. Kirchner que desea repetir en Argentina; y en Guatemala, están la Sra. Camargo, la Sra. Rios Sosa y la Sra. Torres. “You have come a long way… ”.

Al leer los libros de Samuel, Reyes y Crónicas uno encuentra toda clase de personajes que sin ambages aspiran a la realeza. Un dramático incidente partió la historia de Israel en dos. La herencia de un sabio no fue precisamente sabiduría sino vanidad y tras su muerte el reino se dividió. Los añicos morales de su propia vida se reflejan en el zigzag que se apoderó de la nación tras la pugna de las diez tribus al Norte y las dos al Sur.

De ese desgarrón político se desprenden los traspiés de la nación ahora escindida. Un desfile de reyes se suceden al Sur, Judá, y al Norte, Israel o Efraím. La ideología de los reyes se mide según su observancia de unos principios bien establecidos: 1. Guardar la ley; 2. No tener haren; 3. No entrar a la carrera armamentista (carros y caballos). Su éxito es otra cosa, en apariencia pasa desapercibido para Dios, para convertirse en el plato fuerte de los gobernados. ¿Incrementó las fronteras? ¿Negoció con éxito con las potencias extranjeras? ¿Evitó la invasión? ¿Gobernó por más años que su homólogo del Norte o del Sur? ¿Se enfrentó al Norte o al Sur con éxito? Para Dios el punto era si había ilustrado a sus hermanos quién es Dios y qué hace Dios.

En el caso del Norte hubo 19 reyes a quienes se aplica lapidariamente como cierre de su vida personal la frase siguiente “y gobernó tantos años, e hizo lo malo a los ojos de Jehová”. Todos, sin excepción, son calificados como reyes malos, procedentes de 9 dinastías no davídicas. En el Sur hubo 19 reyes todos del linaje del rey David pero solo ocho de ellos fueron buenos reyes, del resto se dice lo mismo que de los reyes de Israel.

¿Qué significaba en aquel entonces ser buenos reyes? Vivir de acuerdo al consejo de Jehová; no consultar adivinos ni adivinas; no tener centros de adoración culticos dedicados a dioses paganos. Por supuesto, una institución que entonces transitaba de la mano de la monarquía era el profetismo. Los profetas, con la Ley en la mano, eran verdaderos conocedores de la voluntad de Dios y generalmente portadores de censuras y reprimendas contra los reyes. Distan mucho de los mandilones disfrazados de predicadores que hoy se acercan a besar manos y regalar Biblias en nombre de Dios.

Se destacan dos mujeres que hicieron gobierno, la pérfida Jezabel del Norte y la usurpadora Atalía en el Sur, si bien oriunda del Norte. Ambas estaban influidas por dioses paganos y murieron violentamente. De Atalía se explica que su hijo Ocozias, que procreara con Joram, había seguido el consejo de su madre, hija de Omri, rey de Israel,-- “quien hizo peor que todos los reyes que habían reinado antes que él” (1 R. 16:25),-- ella le recomendó a su hijo que se casara con la familia real vecina, con una hija de su hermano. Si claro, una chica de buena familia, prima además, en tanto que hija de Acab, hermano de Atalía, y así se emparentó a la dinastía del Sur con otro de los ruinosos reyes de Israel. De Ocozias se dice que su fracaso se debe al hecho de ser yerno de Acab (2 R. 8:27). Al morir Ocozías, su usurpadora madre mató a sus hijos y nietos queriendo unificar Norte y Sur haciéndose reina (2 R. 11).!Vaya joyita!

La otra mujer que gobernó fue Jezabel, esposa de Acab. 1 ero. Reyes ocupa casi la tercera última parte del libro con el relato de sus truhanerias. En suma, Atalía, hermana de Acab, casada con el rey del Sur y Jezabel, la mujer de Acab, eran muy perversas. Por supuesto, hoy las mujeres que gobiernen no tienen por qué ser malas gobernantes. Pero en el caso del Norte, había algo que explicaba de raíz la perversión de estas dos mujeres y de todos sus reyes. Al dividirse el reino, Israel o las diez tribus del Norte pusieron lugares de adoración pagana en Betel y en Samaria. Jeroboam, su primer rey, puso becerros de oro, y dijo a Israel “éste es vuestro dios que os sacó de Egipto” (1 Reyes 12 y 13).

Jeroboam nombró profetas y sacerdotes para estos dioses paganos y evitó que las diez tribus del norte llevaran los sacrificios al templo de Jerusalén. Así empezó el abuso al prójimo y la indiferencia a Dios en el reino del Norte. Por eso el Norte sufrió doscientos años, entre el 932 y el 722 a.C., de desobediencia, idolatría, abusos contra su prójimo que causaron la cautividad, la cual no solo desarraigó a las diez tribus, sino que también nos ilustra lo que Dios piensa del mal gobierno y de la ausencia de fundamentos del bueno.

Hoy, quizá por estar asentados en malas reglas, en la multiforme idolatría y en la total insensibilidad al derecho ajeno, Iberoamérica lleva ya casi doscientos años de fracaso, tras fracaso, tras fracaso… caracterizados por la mentira, el robo y el abuso. ¿Aprenderemos finalmente la lección?